Todopoderosa Internet

Qué impresionante es Internet. Amada hasta la adicción por unos y temida hasta la represión por otros. Permite casi paladear el sabor de los aguacates de La Orotava a 12.000 personas en un solo día. Un poder de convocatoria que ni la mayor empresa de organización de eventos lograría sin una campaña publicitaria de varias semanas y, sin embargo, la omnipresente red lo logra prácticamente sin esfuerzo.

Pero no todos la adoran. Los dictadores, los opresores, los tiranos,  le tienen pavor. Y es que el libre flujo de información tiene mucho peligro. Los corderitos pueden empezar a intercambiar opiniones, podrían incluso a llegar a formar un grupo de afines que no estén de acuerdo con ellos y transmitir sus pensamientos de libertad a otros colectivos de distintas partes del país. Lograrían organizarse sin verse si quiera y hasta quedar en una plaza de la ciudad. Se harían fuertes al comprobar que no están solos y protestarían hasta la saciedad por lo que creen que es su derecho. Finalmente, su presión traspasaría las fronteras y contagiaría al resto del mundo oprimido que se uniría sin pensarlo a esa revolución por la libertad y echarían del gobierno a los dictadores.

Firma: NPJB

Esto, que bien podría ser el argumento de una novela, debieron pensar los gobernantes de Túnez, China, Libia, Egipto, Bahrein o Irán y por eso una de las primeras medidas que tomaron al comprobar que se les estaba sublevando el personal fue censurar y bloquear Internet. Mubarak realizó lo que se ha denominado como el primer corte de Internet “autoritario”, una acción sin precedentes, que durante cinco días cortó casi el 100% de la red en Egipto. Los tiranos están temblando, aún quedan unos cuantos e Internet sigue alargando su red para lo bueno y para lo malo, en la opresión y en la libertad.