Revista América Latina

¡Todos al piso! El drama de las balaceras en Cancún

Por Alfredoparedes @AlfredooParedes

Cancún es un paraíso para todos. Aquí vivimos personas honestas, trabajadoras, educadas y que queremos una vida mejor. Es un lugar increíble que le da la bienvenida tanto a turistas como a personas que venimos a aportar nuestro granito de arena para que Cancún siga siendo el destino turístico más importante de México.

Pero no todo es alegría. Esta diversidad llena de oportunidades no puede ser perfecta, por lo que Cancún no se salva de tener episodios tristes en su historia. No sólo es un paraíso para la mayoría que representamos los buenos. También lo es para algunos que aquí pueden hacer negocio con actividades ilegales. Y en los negocios, legales o no, pareciera que todo se vale.

La balacera que marcó un antes y un después en Cancún

El 17 de enero de 2017, quienes vivimos en Cancún sentimos, por primera vez, cómo la armonía, magia y vitalidad de nuestra ciudad se veía severamente golpeada por un hecho que marcó un antes y un después en nuestra cotidianidad. Ese día todo México se enteró de la más dramática balacera en Cancún: La Fiscalía General del Estado estaba siendo atacada. El saldo: 2 policías y 4 delincuentes muertos, además de 4 civiles heridos.

Se dice que era un grupo de 10 personas el que inició la balacera dentro y fuera de las instalaciones de la Fiscalía en Cancún. Iban en motocicletas desde las cuales abrieron fuego tal como los desalmados lo harían, sin aviso, sin remordimiento y contra todos.

También se dice que el primero en caer fue un agente de la policía que no tuvo tiempo de desenfundar su arma para defenderse y defendernos. En su huida, los delincuentes disparaban en ráfaga mientras avanzaban por las avenidas circundantes a la Fiscalía. El terror aumentó cuando lanzaron una granada que explotó al chocar contra una pared. Aunque el episodio duró algunos minutos, Cancún se paralizó durante horas. Nadie había imaginado que algo así ocurriría aquí.

Los medios de comunicación reportaron el hecho durante ese día y los siguientes, pero las desgarradoras experiencias de lo que se vivió sólo pudieron ser transmitidas por la gente que desafortunadamente se encontraba ahí. Muchas personas registraron valientemente en video el momento en el que sus vidas eran acechadas por las balas, muchas prefirieron llamar a sus familiares para advertirles, muchas sufrieron crisis nerviosas y muchas otras, incluido yo, nos encerramos en nuestras oficinas a la espera de que la tranquilidad volviera para regresar a casa.

Ese día cambié horario con un compañero de trabajo y mi jornada inició a las 2:00 pm, aproximadamente dos horas antes de que iniciara la balacera. Más tarde, mi amigo Bernardo nos avisó de lo que pasaba y me preocupé, pues Ramiro y Alberto viven a pocos metros de ahí. Después de buscar todo lo posible sobre el hecho en internet, supe que todos mis amigos estaban bien.

Al rededor de las 6 de la tarde, las autoridades avisaban a todos que abandonaran sus centros de trabajo para volver a casa. La verdad es que nadie quería estar en la calle porque la sensación que dejó esta balacera era de total inseguridad. En los centros comerciales el aviso fue el mismo.

En whatsapp los rumores se extendían. "El narco se apoderó de Cancún", decían algunos mensajes. Otros daban cuenta de lo ocurrido no sólo en la Fiscalía; también en Av. La Luna, Plaza Las Américas y Av. Nichupté hasta donde se extendió el terror llevado por los delincuentes que continuaban disparando mientras huían.

El autobús que manejaba súper man

En Cancún hay héroes. El día de la balacera que inició sin aviso, cerca de 10 personas viajaban en un autobús que circulaba por la Av. Kabah esquina con Av. Xcaret, justo en la zona de terror. En un video se aprecia el dramático momento que los pasajeros vivieron mientras el autobús circulaba desafortunadamente entre el fuego cruzado. Los pasajeros estaban resguardados (si es que alguien se puede resguardar en estas circunstancias) en el piso del autobús, pero el héroe estaba al volante. El conductor del autobús no dudó en acelerar, aún con la posibilidad de que una bala atravesara el enorme parabrisas que deja ver casi todo su cuerpo, para llevar a todos a una zona segura mientras trataba de tranquilizar a los pasajeros. "Cálmense, tranquilícense", les decía. Él es súper man y muchos le deben la vida.

Los demás héroes, los policías, abrían fuego contra los delincuentes mientras al mismo tiempo protegían a las personas que corrían entre las balas. Tenían 3 difíciles tareas simultáneas: proteger a los ciudadanos, protegerse ellos mismos y detener a los delincuentes. Estos héroes lograron restablecer el orden con relativa rapidez, algo inusual en nuestro México destrozado por la delincuencia.

Terror en la gasolinera

Cuando vamos a cargar el tanque de nuestros vehículos a la gasolinera, lo peor que puede pasar y de lo que estamos muy conscientes, es de un incendio o explosión por los combustibles. Desafortunadamente a estas personas las sorprendió la balacera del 17 de enero de 2017 en Cancún.

Ante el sonido de los disparos, todos se echaron al piso y se resguardaron bajo los vehículos. El caos reinaba a tan sólo unos cuantos pasos de ahí. Hubo algunas personas que llamaron a sus seres queridos para advertirles que no se acercaran a la zona. La expresión en sus voces era desgarradora. Esta fue la primera vez que escuché el miedo salir de la boca de alguien. Aunque son personas que no he conocido, me pongo en sus zapatos porque ese día todos en Cancún fuimos la misma víctima.

Cancún después de la balacera

Como es habitual en México, el silencio y el desconocimiento de las autoridades ante las emergencias no fue la excepción en Cancún. El gobernador del estado sólo dio cuenta de lo que estaba pasando con un escueto aviso en Twitter. Luego las autoridades informaron que habría un pronunciamiento más tarde, a eso de las 8 de la noche pero luego de 2 horas de retraso, el aviso sólo decía que "en Cancún se ha reestablecido el orden".

Durante esas horas de terror generadas por la primer balacera que ocurrió en Cancún desde 2015, año en el que llegué a vivir aquí, la información fluía a cuenta gotas. Lo que más circulaba eran videos tomados desde diferentes ángulos, todos ellos enviados por Whatsapp. Los medios de comunicación más amarillistas informaban de a poco y los rumores tomaban la delantera.

Hubo mucha información falsa y también mucha información veraz. La incertidumbre invadía mi cabeza porque todavía no podía creer que eso estuviera pasando en Cancún, el paraíso mexicano.

Y luego de esa hubo otras balaceras en Cancún, como si fueran tristes y dramáticos recordatorios de nuestra nueva realidad, aunque la vida seguía. Poco a poco quienes vivimos en Cancún nos enterábamos de que habían ejecutado a una persona en la calle. Otro día alguien fue asesinado a tiros por la espalda al salir del cine. Después un muerto por disparos en alguna colonia. Cuerpos desmembrados dentro de maletas en la zona hotelera y la sanguinaria lista sigue.

Sin embargo los buenos somos más y todos esos episodios no han acabado con nuestra esperanza de seguir construyendo una mejor vida. Hasta hoy 9 de febrero de 2018, las malas noticias siguen circulando, pero también circulan mamás que llevan a la escuela a sus hijos, papás que trabajan arduamente, jóvenes que abarrotan los centros comerciales y los cines. Los bares siguen abiertos, los turistas siguen viniendo y todos en general gozamos de buena calidad de vida. El 17 de enero de 2017 la paz en Cancún fue profundamente herida pero se resiste a morir.

Espero tus comentarios.

¡Hasta la próxima!


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