Sherlock y Watson, Goku y Vegeta, Aang y Zuko, Anakin y Obi-Wan, Steve Rogers y Bucky Barnes, Los agentes K. y J. ….
El cine (y la literatura) está lleno de ejemplos. Dúos dinámicos, de química innegable, de carisma encantador, complementarios, unidos por un lazo tan fuerte que no podemos imaginarnos al uno sin el otro. Son de esos personajes de los que te encariñas inequívocamente, hasta el punto de que sufres por ellos si les pasa algo, y aún sufres más pasándolo mal por el otro.
La amistad es algo increíble. Es una de las expresiones de amor más puras que hay: una relación entre dos o más personas que no viene marcada por la sangre , o que se da pese a ella, en la que encontramos un vínculo con el otro que nos une como a él o ella, temporalmente o para siempre.
Se vuelven una parte importantes de nuestra vida, incluso sin la necesidad del contacto físico constante, contrariamente a las relaciones donde hay una dimensión sexual, sino de una presencia de apoyo, incluso en la distancia; ni se complica con los altos y bajos de los sentimientos románticos. Por supuesto, los tres pueden darse al mismo tiempo, pero no es el asunto del artículo.
Algunos, de carácter más introvertido o tímido, demostrarán ese lazo de forma más indirecta: una mirada amable, un apoyo incondicional o buena compañía. Otros, más táctiles, abrazarán, achucharán y besarán.
— Yo soy de esas — digo con una sonrisa.
Mi interlocutor me la devuelve pero parece incómodo.
— ¿Qué? — pregunto frunciendo el ceño.
— No sé si el bromance es exactamente eso — responde.
— ¿Ah no? — pregunto extrañada.
Él se encoge de hombros.
— Tu eres una chica. Es diferente —
….
Así que es eso.
En nuestra sociedad hyper-sexualizada y sexista, un hombre tiene que ser ante todo viril.
Y aparentemente, algún estúpido en algún momento y en algún lugar decidió que ello implicaba ser un muro de ladrillo sin sentimientos.
De alguna forma, parece una retorcida forma de vengarnos indirectamente, ya que la sociedad es machista, y las primeras víctimas de dicho sexismo somos las mujeres.
¿Qué los hombres no pueden expresar sus sentimientos con la misma libertad que nosotras? ¿Que sin duda eso debe frustrarlos a numerosos niveles? ¿Que sus relaciones con otros hombres no se desarrollan con la misma claridad que las nuestras? Que se jodan.
Pero eso sería ser injustos.
Es una ironía, pero demuestra muy bien que en el sexismo, perdemos todos.
¿Qué estoy exagerando?
Si yo decido pasearme de la mano de mi mejor amiga, a nadie le parecerá extraño. La gente no se planteará nada, e incluso aunque lo hiciesen, no se atreverán a decirnos nada, al menos la mayoría (aunque sinceramente, no podría importante menos lo que piensen).
No estoy diciendo con esto que la gente no pueda imaginarse que no somos pareja, ni que la homosexualidad femenina está bien vista, porque desgraciadamente no lo está. De hecho está incluso peor vista que la masculina. Debería, pero tampoco es el tema
La cosa es que, a lo sumo, la gente dudará.
Pero podéis apostar toda vuestra fortuna a que dos hombres que se paseen de la mano serán automáticamente tachados de gays (como si ser gays fuese algo malo).
Parece que un hombre es menos hombre si tiene contacto con quién sea para algo más que para follar.
Si un hombre es demasiado táctil con una mujer, es que le interesa (¿porque sí, porque no se pueden controlar, entendéis?). Y si lo tiene con un hombre, entonces es gay, y todos sabemos que los gays son menos hombres *guiño guiño*
¿Y no puede un hombre gay tener contacto físico con otro que no lo es solo porque es su amigo?
Pues aparentemente no, porque eso es «raro».
Por supuesto, esto va cambiando con el tiempo. Pero basta con mirar como muchos chicos interactuan entre ellos. Con toques rápidos. Como si se quemasen.
En dos chicas, es un contacto permitido.
Pero claro, en la realidad, los hombres se hacen amigos de verdad, de los que son como hermanos.
Y si cuentas historias que pretenden inspirarse en la realidad, tienes que hablar de ello. No puedes resumirlo todo al romance. Sobre todo si no hay romance en la película, qué fallo.
Así que inventamos palabras nuevas, máscaras que escondan la realidad.
Hay que dejar claro que el lazo es tan fuerte , como si fuese un romance, pero dejemos claro que no son gays, claro que no. Heteronormaliad opresiva, gracias. En realidad es como hermanos. ¡Espera! Que génios somos.
Vamos, que son putos amigos.
Pese a todo nos encantan los bromance. Quizás porque vemos algo de lo que no se habla, y eso nos conmueve. Nos encanta ver que los hombres también tienen su corazoncillo.
Paradoja.
Brindo por más bromances.
Simplemente pido que caiga la máscara, porque detrás de ella, no hay hombres o mujeres.
Solo seres humanos.