Lupe (Elena Anaya) vive encerrada en casa, presa de una brutal agorafobia. Viéndola en bata y zapatillas, dependiendo para todo de su madre y con un hijo adolescente que la detesta, nadie diría que en los 80 fue una estrella del rock. Su madre, cansada de ver a su hija se convertida en una persona egoísta y conflictiva, la Noche de los Muertos decide hablar con su hijo Diego (Nahuel Pérez Biscayart). Diego vuelve a la casa familiar con el aspecto de siempre: un chaval de veintipocos con su tupé y su mirada ausente. Pero está muerto; es un fantasma.
Calificación: 6,217.
Tráiler de la Película
Ficha:
Título Original: Todos están muertos.
Directora: Beatriz Sanchís.
Guionista: Beatriz Sanchís.
Intérpretes: Elena Anaya, Patrick Criado, Macarena García, Angélica Aragón, Nahuel Pérez Biscayart, Patricia Reyes Spíndola, Christian Bernal, Luis M. Cordero.
Productores: Stefan Schmitz, María Zamora.
Fotografía: Álvaro Gutiérrez.
Música: Akrobats.
Montaje: Nacho Ruiz Capillas.
Dirección Artística: Patrick Salvador.
Diseño de Vestuario: Teresa Goikoechea.
Países: Alemania, México, España.
Lugares de Rodaje: Madrid (España).
Fechas de Rodaje: De 30-01-2013 a 16-03-2013.
Año: 2014.
Duración: 89 minutos.
Edad: No recomendada para menores de 12 años.
Género: Comedia, Drama, Fantástica.
Estreno: 30-05-2014.
DVD (Venta):
Distribuidora: Avalon Distribución Audiovisual, S. L.
WEB Oficial: Web Oficial de la película en España.
Espectadores: 0.
Recaudación: 0 €.
Visitas: 0.
Crítica:
04-06-2014 – JOSU EGUREN
Nadadora
Hasta su estreno en la última edición del Festival de Málaga nadie hubiese apostado un duro por un proyecto que se fijaba como meta afinar una mirada tardo nostálgica a la Movida a través del velo del realismo mágico, nadie o casi nadie, si exceptuamos a la directora de “Todos están muertos”, compositora y letrista de una película que se abre paso hasta el presente por una senda paralela (y distante) a la de “El futuro” (2013), de Luis López Carrasco.
En un desafío a las tentativas de catalogación inmediata, Beatriz Sanchís modula los estados emocionales de su ópera prima a imitación de aquellas melodías pop ochenteras que formaban parte del repertorio de grupos como los Zombies, a los que cita de manera inequívoca cuando descubre el epicentro de los traumas psicológicos que afectan al personaje de Elena Anaya; porque “Todos están muertos” es un brote de comedia negra inserto en el corazón de un drama absorbido por el lirismo de lo sobrenatural. Aunque, apurando aún más, quizá la forma más precisa de describir la película surja de una escucha comparada con ‘Nadadora’, tema emblemático en la discografía de Javier Aramburu e Iñaki Gametxogoikoetxea, dos genios exiliados con los que Sanchís comparte la delicadeza en la formulación y el trato de un quebradizo catálogo sentimental. En sus momentos de mayor lucidez, el texto de “Todos están muertos” acierta a convocar los fantasmas del pasado sobre un escenario en el que la música se revela como un poderoso elemento catártico, aunque en las inmediaciones de la pista central surjan conflictos que rara vez aportan una medida de tensión al nudo dramático que aprieta la relación entre Elena Anaya y Nahuel Pérez Biscayart. Sin atajos, y eludiendo la posibilidad de exprimir la comicidad de situaciones que le hubiesen abierto las puertas de un público universal, Beatriz Sanchís enfila sus primeros pasos en una dirección tan prometedora como desconcertante.