En estas primeras semanas de 2014 estoy inmerso en la promoción de las actividades del Gabinete Sumar, en especial ofreciendo un proceso de Coaching para adolescentes, encaminado a acompañarles en la búsqueda de sus preguntas y sus respuestas y en la búsqueda de su motivación personal.
Cada persona, cada proceso de coaching es diferente. Es quien acude al proceso, el coachee o cliente, el que decide qué se va a tratar, cuál es el asunto que quiere atender o solucionar. Lo mismo sucede con los adolescentes, o los jóvenes. Cada uno tiene unas necesidades distintas y propias. Distintas de los demás adolescentes, y diferentes de las que los padres esperan, aunque esas diferencias terminen por no ser finalmente tan grande.
Cada persona necesita un estímulo distinto. Eso es algo que saben los buenos líderes, las personas que saben dirigir equipos.
Es muy interesante el video siguiente, en el que el entrenador de futbol Pep Guardiola y el director de cine Fernando Trueba conversan sobre esto.A veces olvidamos esas diferencias.
Las personas somos muy diferentes unas de otras, y aunque se formalicen continuamente clasificaciones, no existen cajas absolutas en las que se puedan organizar las personas.
La imposición de etiquetas para clasificar a las personas supone en definitiva eso, una etiqueta propia o externa que no termina de definir lo que cada uno es. Aunque debemos tener en cuenta que la repetición continua de la etiqueta puede volverse realidad. Recuerda que nos convertimos en aquello que repetimos que somos.
Tratar de forma diferente a cada persona, en especial a aquellas que se están desarrollando es, para mí, importante.
Os dejo con otro vídeo, sobre como la decisión de un médico de no catalogar a una niña dentro de una categoría y de ofrecer a su madre un camino de crecimiento en lugar de decepción, supuso que esa niña encontrara su vocación, lo podéis ver en este enlace: Creatividad y Escuela