Revista Cultura y Ocio

Todos los árboles sacrificados

Por Calvodemora
La novela da cuenta del mundo, lo indaga, le da cuerda, lo abarca entero y, en ocasiones, lo invalida. Las mejores novelas son las que invalidan al mundo. Las que solo dan cuenta del mundo no lo salvarán. Las que perdurarán son las que lo transforman. Incluso estoy por dar la razón a un amigo mío que me dijo una vez que las novelas son los sueños de un dios. La novela como epifanía teológica. Pero los novelistas no lo saben. Creen que escriben ellos, pero las tramas se las dicta o se las confía el azar. No podré nunca charlar de todo esto con G.K. Chesterton. Me hubiese encantado. No desdeño a Borges. Todos los árboles sacrificados para que puedan ser leídas las novelas de Coelho o de Bucay duelen en el alma. Me duele un árbol. Seré quien los defienda a partir de ahora. Me duelen los árboles sacrificados inútilmente. Todos los que no ahondan ni atraviesan. 

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