Revista Espiritualidad
Vislumbrar tu escorzo desde abajo en la penumbra del cuarto a oscuras,
es imaginarse casi tu dulce ceño,
es sentirte bajando una pedrera de material sincero
Y me voy contigo, solo un rato
mientras te afanas sobre mi contra el olvido,
contra la intrascendencia,
contra el gris continuo de los dias
Y mientras, pienso
que todos los campos de batalla van a ser necesarios
para acabar con este neoliberalismo carnicero
que nos muerde,
que no puede nombrarse sin que alguien te dé un estropajo para lavarte la boca,
que habrá que pelearlo, con los dientes,
en la cama,
en tus ojos,
en los proyectos comunes,
en las tardes,
en las borracheras,
que habrá que ir metiendole los dedos en las tripas,
que habrá que jugársela en la vigilia,
en la desobediencia,
en la declaración en rebeldía
que habrá que buscar huecos,
que arder en preguntas,
que ir haciendole grietas,
desde las horas de trabajo,
desde la poesía,
desde los afectos de un día para otro
Planeo la derrota del engendro
mientras te siento bajando una pedrera de material sincero
y me voy contigo sólo un rato
mientras luchas, sobre mi, contra el olvido,
contra la intrascendencia,
contra el gris continuo de los días,
Y mientras pienso
que todos los campos de batalla
van a ser necesarios.