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Todos los días son nuestros - Catalina Aguilar Mastretta

Publicado el 13 septiembre 2017 por Entremislibrosyo
Todos los días son nuestros - Catalina Aguilar Mastretta

Que no suelo animarme con las historias de amor es algo de sobra conocido para los que habitualmente pasáis por aquí, así que no os extrañará que la clave para dejarme convencer y leer este libro es que me dijeran que realmente es una historia de desamor, así de ácida me pongo a veces… Y sí, es una historia de desamor. Y de amor. Y de vida. Una historia que me ha conquistado de principio a fin y que os recomiendo desde ya. Hoy os hablo de Todos los días son nuestros.

Sinopsis


María y Emiliano parecían una pareja indestructible, de esas que se conocen en el instituto, nunca pierden la pasión y terminan siendo dos adorables ancianos cogidos de la mano. Por eso, cuando llegan a la treintena y una noche, al volver de la fiesta de unos amigos, María empieza una discusión, nadie hubiese imaginado que la pelea terminaría con Emiliano haciendo las maletas y volviendo a casa de sus padres.

En su primera novela, la mexicana Catalina Aguilar Mastretta hace gala de la contagiosa ternura y el humor que ya ha demostrado en su carrera como directora de cine. Todos los días son nuestros es una novela generacional, irónica y divertida en la que dos jóvenes deben aprender a vivir sin la persona con la que creían que iban a pasar el resto de sus días. Una historia narrada con una cercanía conmovedora, que provoca carcajadas, sonrisas tristes y, sobre todo, una inmensa complicidad.

Mi opinión 


María y Emiliano son pareja desde el instituto. Con treinta años ya cumplidos son la pareja aparentemente perfecta quizá por lo imperfectos que resultan cuando unen dos mundos tan distintos consiguiendo complementarlos. Por un lado la burguesía más tradicional que representan Emiliano y su familia y, por otro lado, María, educada de una forma totalmente distinta, librepensadora, como ella misma se clasifica desde niña, por una madre preocupada por el feminismo y los abusos de poder de esa burguesía que tanto detesta. Sí, la imperfecta pareja perfecta hasta que llega la ruptura y el mundo construido entre los dos se desmorona.
Catalina Aguilar Mastretta demuestra gran talento en esta primera novela en la que derrocha dulzura, ironía y sentido del humor a través de la voz de María, la narradora protagonista que permite al lector entrar en sus pensamientos más personales y en sus emociones más íntimas para recorrer con ella su camino vital, para llorar, para reír, para sentir… En definitiva para vivir porque Todos los días son nuestros es una de esas novelas que no se conforman con ser leídas, sino que se van abriendo paso invitando al lector a una intimidad con la que transitar junto a María y Emiliano su paso desde la adolescencia hasta la madurez, su camino desde el amor hasta el desamor, el vía crucis del dolor y del miedo a no poder superarlo nunca. La voz de María no es condescendiente ni con la vida ni con ella misma y aún así no cae en el dramatismo fácil, sino que nos lleva de su mano para compartir con ella su evolución hasta la aceptación y desde ella hasta la felicidad.
La autora hace gala de un estilo muy personal que se siente cercano y que resulta muy fluido, creando intimidad entre el lector y la lectura, e imprimiendo un ritmo que no decae en ningún momento. Una novela llena de frases para leer y releer una y otra vez, para subrayar, para anotar, para recordar. Para recrearse en ellas, incluso en aquellas que en más de una ocasión me han tocado el corazón y me han dolido porque ¿quién no ha buscado alguna vez en sus sábanas el olor de la persona a la que ha perdido? Y es que así es Todos los días son nuestros, una novela que es vida y que por lo tanto a veces duele.
«Desde el primer día que nos vimos, sin que importen todos los días que no nos hemos visto, no he vuelto a hacer nada sin ti.»
Junto a los protagonistas la galería de personajes que pasea por las páginas de Todos los días son nuestros son trazados con mimo, consiguiendo la autora un elenco humano y creíble de personajes llenos de contradicciones que se sienten cercanos. Un numeroso grupo de secundarios entre familiares y amigos  con los que llevar hasta el lector una historia que precisamente por no ser un cuento de hadas me ha conquistado sin remedio. Con todos ellos se construyen las ruinas de una relación que ha fracasado y con todos ellos acompañamos a María por las distintas versiones de sí misma en el arduo camino hacia la construcción de una vida sin Emiliano. Familiares y amigos son parte fundamental en este perderse para volverse a encontrar que con tanto acierto nos narra Catalina Aguilar Mastretta.
Pero no solo de amor nos habla este libro que también toca temas tales como el feminismo, la religión, las relaciones paterno filiales, la amistad, el divorcio, la crisis de la edad adulta, las expectativas que nos crean y nos creamos… Todos los días son nuestros va más allá de la narración de una ruptura con todas sus caídas y todo su dolor, para ofrecernos una historia universal con la que todos en algún momento podemos sentirnos identificados, por muy alejadas y distintas que sean nuestras vidas de las de los protagonistas. También el cine juega un importante papel en la novela, no solo porque la protagonista sea crítica de cine, sino porque para ella, al igual que para otros puede ser la lectura o cualquier otra cosa, el cine es el refugio en el que encontrar la paz y el consuelo que la vida a veces le niega. Así, grandes clásicos sobre todo de los 80 desfilan por las páginas de la novela poniendo imágenes a las emociones de María.
En definitiva, Todos los días son nuestros es una novela que me ha emocionado en muchos momentos, en la misma medida que me ha arrancado más de una sonrisa y ha despertado mi ternura. Una historia de amor y desamor atemporal porque las emociones son las mismas ahora que hace cincuenta años. Una novela agridulce que ya se ha ganado un hueco entre las lecturas que se quedan para siempre con esta lectora.

Ficha técnica




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