Revista Opinión

Todos los políticos son iguales (Cambalache)

Publicado el 16 noviembre 2013 por Miguel García Vega @in_albis68

Raquel Lopez_Diego Sanjuanbenito

Esto es una entrada de urgencia dedicada a aquellos que repiten, sin pensar, que todos los políticos son iguales. Los que lo dicen pensándolo son aquellos que tienen cosas que ocultar: corrupción y vasallajes inconfesables; que cada vez son más confesables porque sigue habiendo gente que repite las cosas que escuchan sin pensar. Debe ser la edad pero cada día se me hace más difícil la paciencia y comprensión con la gente que habla sin pensar lo que dice. ¿Son iguales todos los periodistas, los médicos, los cantantes, los jugadores de fútbol? Pues los políticos sí. El argumento se aguanta menos que un helado al sol de Almería, pero es muy conveniente a los corruptos –que sí, son legión– para esconderse y seguir hasta el infinito y más allá.

Por eso se mezcla en un cambalache  películas muy diferentes: a Raquel López con Diego Sanjuanbenito (“Barrenderos de Madrid”) o a David Fernández con Rodrigo Rato (“El Día de la Sandalia”).

 “Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio o chorro, generoso o estafador”.

Aunque leyendo cierta prensa, deudora de sus bancos, no es lo mismo, ellos tienen muy claro la conclusión: la mala de la peli es la sandalia.

david fernández_rodrigo rato

Pero vamos por partes en este particular puente aéreo. Empecemos por Madrid, rompeolas al que llega gran parte de la basura de Las Españas. En este caso es la huelga de los trabajadores de la limpieza, pero podría ser la justicia o la educación, cada día tiene su afán en esta revolución liberal a la que preferimos llamar crisis, que es más corto y cabe mejor en un tuit.

 ¡No pienses más, sentate a un lao, que a nadie importa si naciste honrao!

Vemos un vídeo de unas de esas aburridas sesiones del ayuntamiento de Madrid (podría ser cualquier parlamento) que no interesan a nadie, teniendo para elegir a Belén Esteban en Telecinco o la liga belga de fútbol en el canal de deportes. Es julio y se discute el nuevo contrato de limpieza y a Raquel López, de Izquierda Unida, no le salen las cuentas. Se ha privatizado (externalizado, en el pepero original) el servicio rebajando un 25% el coste sin fijar el límite de trabajadores para hacerlo. Raquel López suma dos más dos (no niego que sea lista, pero no hace falta ser ninguna lumbrera) y ve que los despidos están cantados. Y le contesta Diego Sanjuanbenito, del PP y delegado de Medio Ambiente, llamándola “agorera” y que “deje de meter miedo a los trabajadores de Madrid y de las empresas que trabajan para el Ayuntamiento de Madrid. No es cierto, vamos a dar un mejor servicio y más barato”. No iba a haber despidos y debían tener fe en el ayuntamiento madrileño, algo de lo que Raquel parece que, inexplicablemente, carece. No niego que el tal Diego pueda ser tonto, pero tanto seguro que no. Así que la conclusión debe ser que mentía como un bellaco. Es parte de la cultura popular, por otro lado. Si quieren ver su actuación en vivo, aquí. Vale la pena.

Que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafaos, contentos y amargaos, valores y dublé…

Raquel López hablaba de cosas reales. Sanjuanbenito hacía un chascarrillo sobre la fe, sabedor que al pueblo soberano siempre nos gustó más una buen chascarrillo que una idea lógica. Y más si la idea, como en este caso, no es graciosa. A Raquel López le preocupaban los trabajadores de la limpieza, Don Diego servía otras causas.

basura_madrid_forgesHoy vemos claramente quién decía la verdad y quién mentía, la duda es si eso le importa a alguien. Porque lo alarmante es que, si seguimos con la aritmética simple, entre los trabajadores de la limpieza y sus familias alguien tuvo que votar al partido de Don Diego. Voto útil que te rilas. Pero, aún más grave, cuando lleguen las próximas elecciones me temo que hayan olvidado este asunto y pensarán que el partido de Raquel está obsoleto, es utópico o tuvo la culpa del Muro de Berlín, mientras que el de Diego es sensato, es el futuro y encarna valores eternos, todo a la vez. Y, el colmo de la necedad: ellos saben manejar el dinero.

La sandalia

Volamos a Barcelona. El caso del portavoz de la CUP, David Fernández, en la comparecencia de Rodrigo Rato, de los Rato de toda la vida, en el Parlament de Catalunya ha sido mucho más famoso. Fernández sabe de qué pie cojean los medios y eligió la sandalia como símbolo. Las reacciones entre el establishment político-periodístico fueron muy críticas, algunas incluso histéricas; mucho más que el fondo e incluso la forma que uso Fernández en su intervención. Que la CUP quiera la independencia de Catalunya es la catapulta de algunas de las piedras, aunque ese no fuera el tema que nos ocupaba. Primero Fernández trasladó a Rato preguntas de 15MpaRato,  Madrilonia y de la PAH. El resto seguro que lo han visto: la sandalia y despedida con un “hasta pronto gángster”, incluidas.

Yo he escuchado cosas mucho peores sobre Rato y sus compinches en la calle. Y estoy convencido de que en las moquetas y mullidas alfombras del poder se dicen cosas parecidas, aunque nunca a la cara del aludido, ellos son así. Lo escandaloso del asunto es que de repente ‘la calle’ entró en el parlamento. Y eso lo denigró, claro. No hubo gritos, ningún acto violento ni insultos hasta la palabra gángster del final: adjetivo opinable, de acuerdo. Pero la sorpresa fue que no hubo el compadreo habitual, los modales versallescos entre camaradas de diferentes partidos porque parecía que a Fernández, para variar, sí le importaba la gente que sufre por culpa de Bankia, el FMI y demás instituciones comandadas por Rato que nos han conducido a un presente esplendoroso.

Es lo mismo el que labura noche y día como un buey, que el que vive de los otros, que el que mata, que el que cura o está fuera de la ley…

A Fernández le votó gente que piensa como él y que probablemente hubiera sido aún más dura. No se qué pasará, pero la CUP apareció por sorpresa en las últimas elecciones con mucha fuerza, recogiendo el espíritu del 15M, en batalla contra una agonizante Cultura de la Transición, que entre otras cosas siempre se ocupó de negar el conflicto en los medios. Y siguen subiendo en las encuestas. Sus votantes se vieron representados por Fernández, que es para lo que está. Aunque tal vez la prensa deudora de los Ratos de este mundo piensa que no está para eso, sino para domesticar a su propio electorado, como cierta oposición. De lo que se trata es de castigar a la CUP, a la que no se le debe nada, al contrario que al Banco Santander, Caixabank y HSBC, por ejemplo.

david_fer_cupPor cierto, la sandalia por si sola logró eclipsar otras valoraciones, como la de Josep Vendrell, de ICV, que acusó al banquero del PP de pertenecer a la “élite carroñera” y la de Pere Aragonès, de ERC, que le preguntó si “es consciente de que sus huellas dactilares están en la trama del crimen de la crisis y que debería estar en la cárcel”. Con razón o sin ella, me atrevo a decir que también representaron a sus votantes.

El resto representó a sus accionistas y condenó el trato del todo inaceptable que el servicio dispensó a Don Rodrigo, un hombre de honor.

No hay aplazaos ni escalafón, los inmorales nos han igualao. Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición, ¡da lo mismo que sea cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón!…

Pues eso, que es lo mismo Fernández que Rato, López que Sanjuanbenito, IU, CUP, CiU, PSOE y PP. Mezclémoslo todo, a fuego lento, con una pizca de cinismo, muy poca vergüenza, dos puñados de ‘y tú más’ y unas generosas cucharadas soperas de mentiras descaradas. Añádase un chorro de circo para disimular el amargor y listo para servir. Si al final tragamos bien. Para que todo siga igual. Y que nos aproveche a todos.

Pero que el siglo veinte  (veintiuno) es un despliegue de maldá insolente, ya no hay quien lo niegue. Vivimos revolcaos en un merengue y en un mismo lodo todos manoseaos…


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