Un gobierno es un grupo humano en el que por diversas razones puede surgir un miembro que mienta. Tendría que ser entonces el presidente quien, con su autoridad y rectitud moral, cortara de cuajo dicho comportamiento cesando al ministro.
Pero eso no es posible cuando quien está al frente del Ejecutivo es el mayor mentiroso: miente sobre su vida y obra, miente continuamente a los españoles por acción u omisión y se miente a sí mismo cuando cree que dirige bien su partido.
El copresidente que se ha buscado no le anda a la zaga, ya nació como fruto de la falsedad y la demagogia A partir de ahí van surgiendo casos de ministros que mienten “ostentóreamente” y nadie se inmuta. El gobierno que miente unido permanece unido.
Y no podemos consolarnos porque, en último término, somos nosotros quienes los hacemos posibles.