Hattie Hoffman está en el último año de instituto y tiene un futuro prometedor por delante como actriz. Cuando aparece brutalmente asesinada tras el estreno de la obra de teatro de la que era protagonista, la tragedia golpea a quemarropa la pequeña ciudad en la que vive. Del Goodman, el sheriff local, muy amigo del padre de Hattie, promete dar con el asesino, pero la investigación acaba desvelando más secretos que respuestas: Hattie también era una gran actriz fuera del escenario.
Contada a partir de tres puntos de vista diferentes, la del sheriff, la del profesor de instituto de la joven y la de la propia Hattie, esta trepidante novela narra la historia de Hattie y de todo aquello que sucedió en su último año de instituto.
Absorbente y totalmente adictiva, ésta es una novela ejecutada sobre arenas movedizas; una trama en la que la manipulación, la identidad y la delgada línea que separa inocencia y culpabilidad se dan la mano para dejar al lector sin aliento hasta el final.
Ten cuidado, Hattie Hoffman puede ser todo lo que tú quieras que sea.
Encuadernación: Tapa dura
Sobre el autor: Mindy Mejía
Aunque salga publicada ahora, " Todos mienten" fue mi última lectura de 2017. Después de "Orgullo y prejuicio", que me dejó un poco cansado mentalmente, quise leer algo fácil y con lo que ya tuviese práctica. A pesar de que también estoy leyendo " The Wonderful Wizard of Oz " (gratis para Kindle en Amazon, por cierto), al final terminé dedicando más tiempo de lectura a "Todos mienten", pese a que tiene casi el doble de páginas.
Mindy Mejía nos sitúa en Pine Valley, una región campestre de California. Pine Valley es uno de esos pueblos americanos de gente de campo en los que todo el mundo se conoce y nunca pasa nada. Hasta que un día, Hattie Hoffman aparece muerta en un almacén con la cara desfigurada.
La historia de "Todos mienten" está contada a varias voces y en dos líneas temporales. Por un momento tenemos la línea del presente, que se desarrolla en algo menos de un mes, en la cual el investigador Del busca al asesino de Hattie. Por otro lado, tenemos la línea del pasado, que abarca un periodo de un año hasta que se solapa con la línea del presente, y que nos cuenta la historia de Hattie.
Hattie es una chica en su último año de instituto en busca de su sueño: mudarse a Nueva York y triunfar como actriz. Pero Hattie tampoco es ingenua, y lo tiene todo preparado: sabe que no ganará un Óscar en su primera semana en Nueva York, y por tanto empezaría trabajando en una sucursal de la empresa de revelado de fotografías para la que trabaja en Pine Valley, y haciendo uso de sus ahorros junto con el dinero que ganase trabajando conseguiría mantenerse al mismo tiempo que se presenta a todos los castings que pueda.
Hattie no es una novata en el mundo de la actuación: ya desde pequeña vio el poder que daba ser capaz de actuar de una determinada forma ante ciertas personas, y lleva años actuando, analizando su comportamiento y el de los demás en distintos contextos y usando eso como clases de actuación. Aunque en un momento dado la tachan de sociópata, en realidad Hattie no es sino una persona con una gran inteligencia emocional, inter e intrapersonal, siendo esto una de las cosas que han hecho que Hattie me encante.
"Soy un millón de cosas distintas según la persona con la que hablo o cómo me siento. Todas las señoras Gustafson del mundo tendrían que darse cuenta de que la pregunta del millón ("¿A qué piensas dedicarte?") había quedado obsoleta."
Hattie es una de esas personas que, ya desde su nacimiento, tienen unas miras y una forma de pensar que no encajan en el sitio en el que nace. Rodeada de gente cuyas únicas preocupaciones son que su equipo gane el próximo partido y que no haya heladas que destrocen los cultivos, Hattie se siente encerrada.
"El fútbol era una de las muchas cosas que me separaban del resto de la gente de la ciudad. Nunca había comprendido qué tenía de especial el hecho de chocar contra un montón de tíos corpulentos y lanzar una pelota puntiaguda, pero no había nadie más en Pine Valley que coincidiera conmigo."
Pero las cosas no salen siempre tan redondas como uno quiere: durante su último año, Hattie se enamora de un hombre que conoce en Internet, en un foro sobre literatura. Este hombre no es otro que su nuevo profesor de lengua, un hombre de treinta y seis años casado que también vive en Pine Valley. Cuando ambos descubren la identidad del otro, las cosas empiezan a enrevesarse.
Mientras tanto, en el presente, el sheriff Dell, amigo de la familia de Hattie, hará todo lo posible por descubrir al asesino. Las pistas escasean y el rastro se enfría, pero no va a dejar que la persona que mató a la niña que vio crecer se escape fácilmente.
Si bien es cierto que me ha parecido un poco larga, he disfrutado mucho la historia, porque, aunque la autora tarda en revelarnos cierta información, invierte ese tiempo entre medias en construir unos personajes muy ricos y con unos pensamientos y una visión con la que se puede empatizar y de la que se pueden extraer conclusiones. El final, sin ser de los que dejan con la boca abierta, resulta apropiado y deja buen sabor de boca.