La realidad es subjetiva y cada individuo construye la suya a partir de experiencias previas y su forma de pensar y sentir, que a su vez se forjan también con estas experiencias. Es por esto que un evento no tiene la misma influencia en dos personas diferentes, ni ellas reaccionarán de la misma forma.
Ahora bien, como mencionaba anteriormente, la depresión puede clasificarse en dos criterios principales, según sus causas y según el tipo (características y síntomas). He aquí las mejor aceptadas por los autores:Clasificación según sus causasCausas externas. Estas son las más conocidas; comprenden eventos desafortunados y traumáticos que causan ansiedad, tristeza o estrés que derivan en problemas dentro de la vida del individuo, pudiendo afectar sus relaciones sociales, familiares, amorosas, laborales, etc. Existen personas que cuentan con las herramientas necesarias para afrontar las dificultades que siempre surgen en el camino, pero hay otras que no las tienen tan desarrolladas.Genética. Así como tenemos la predisposición genética a padecer diabetes, cáncer, hipertensión o calvicie; también la tenemos para los trastornos mentales, en este caso, para la depresión. Si algún miembro de la familia cercana la padece, hay hasta un 30% de posibilidades de desarrollarla. Es importantísimo entender que tener la predisposición genética no implica desarrollar el trastorno forzosamente. Si tus padres o hermanos la padecen o padecieron en algún momento de sus vidas, es importante prestar atención, más no caer en la paranoia o autodiagnosticarte. Causas fisiológicas. El nombre técnico es depresión endógena. Es el tipo de depresión causada por un desequilibrio en el nivel de los neutrotransmisores, es decir, las anomalías se presentan directamente en el cerebro. El neurotransmisor directamente relacionado con la depresión es la serotonina, conocida por ser la "hormona de la felicidad"; su deficiencia causa ansiedad, tristeza, irritabilidad, problemas para dormir o mala calidad del sueño, negatividad, etc. Clasificación según sus tipos (más comunes)Distimia. Podríamos decir que es la versión "leve" de la depresión. Lo escribo entrecomillado porque los síntomas parecieran ser menos fuertes, pero como se experimentan por mucho tiempo (dos años o más), pueden ser igual de peligrosos que si se experimentaran más intensamente.
Trastorno depresivo mayor. Este tipo de depresión es más severa que la anterior. En este caso, los síntomas se experimentan con tanta intensidad que interfieren con la vida y actividades de quien lo padece pudiendo durar estos episodios unas dos semanas. Estos se pueden experimentar varias veces a lo largo de la vida del individuo, de forma periódica.Debido a todas estas variables, podemos concluir que nadie experimenta un trastorno de la misma manera que otra persona; ya sea por las características de la personalidad del individuo o por el tipo/causa del trastorno que padece.También es importante mencionar (aunque sea de manera rápida) que, gracias a que la depresión es el trastorno más común, es del conocimiento público que existe una gran variedad de medicamentos que ayudan a combatirla. Sin embargo, yo siempre seré partidaria de la psicoterapia como tratamiento de la depresión (o en su defecto, una combinación de ambos, dependiendo de la gravedad de los síntomas) por el simple hecho de que los fármacos por sí mismos no te ayudan a adquirir las herramientas necesarias para sobrellevarla o salir de ella. ¿Tú que opinas?
Lic. Ericka López[email protected]