Y tenían y tienen razón. Nadie se lo explicaba. Una ciudad, un barrio donde el Partido Popular gana, donde gobierna y resulta que se pone enfrente de su alcalde y su gobierno municipal.
Manifestaciones desde hace meses en contra de una decisión de este gobierno municipal. Algo que parece de una importancia relativa. Se trata de convertir una avenida en un bulevar, con aceras más anchas y con carril-bici. Todo, sobre el papel, puede parecer de cine, y sin embargo el barrio se ha levantado contra esta decisión. Pero claro, hasta que no ha habido actuaciones desbocadas, como quema de contenedores o lanzamiento de piedras no nos hemos enterado.
Gamonal no ha aguantado más. Les han mentido tantas veces y les han discriminado otras tantas que no lo han podido soportar. Resulta que con calles del barrio llenas de baches, con falta de plazas de guardería, con una biblioteca que se cae, el señor alcalde y su grupo han decidido destinar ocho millones de euros a convertir una calle en un bulevar. Sus prioridades son claras. Por cierto, que con ese dinero se podían arreglar todas esos problemas y más.
Sin embargo, no sólo no se arreglan los problemas endémicos de un barrio popular, es que además se agravan. Las plazas de aparcamientos que faltan (unas ochocientas) aumentarán y para ‘solucionarlo’, al señor alcalde pepero se le ha ocurrido construir un estacionamiento público de poco más de 200 plazas, y que naturalmente se venderán a los interesados al módico precio de 20.000 euros. Como puede observar: una bicoca.
Y dicen que son pocos los que protestan, se habla de manifestaciones de cerca de 5.000 personas en Gamonal y de una recogida de firmas en contra del proyecto de más de 16.000 en un barrio de unos 20.000 habitantes. Todo les parece poco. Aunque haya habido manifestaciones en otras cuarenta ciudades en solidaridad. No entienden, no quieren entender y actúan de forma totalitaria.
Ahí está el alcalde, primero en plan chulo dijo que no se movería del sitio y acusó a los manifestantes de violencia. Después cuando ha visto la cosa seria ha dicho que paraba las obras, y hoy, en un pleno, cuando deberían haber echado marcha atrás, han confirmado que la parada de las obras es provisional y que el proyecto sigue adelante. O sea, con dos cojones, el alcalde ha vuelto a engañar al personal, puesto que les había prometido formar una comisión para hablar del tema y por otro lado, en vez de posponer la decisión definitiva, ha decidido seguir con las obras.
No sé cómo terminará esto, pero me temo que este alcalde se está equivocando. No ha entendido que era fácil dar marcha atrás, entre otras cosas porque los vecinos tienen razón, porque hay que saber rectificar. Y además no ha sido capaz de comprender que esta mecha que ha encendido este fuego va más allá de Gamonal, es sobre todo por la indignación general a la que hemos llegado.
Es lo que tiene llevar echando gasolina durante dos años en toda España, y es que la chispa puede saltar en cualquier momento, en cualquier lugar, por cualquier circunstancia, por una injusticia, por una mentira. Es la famosa gota de agua que hace rebosar el vaso. Y el de Gamonal estaba lleno, y el de unas cuantas ciudades que se han solidarizado también.
Mientras no se den cauces para una participación efectiva de los ciudadanos, entre elecciones, mientras que las iniciativas populares no sean decisorias ni tan siquiera con 1.400.000 firmas y se las pasen por el arco del triunfo, mientras que traten de imponer leyes que repriman las manifestaciones y ahoguen la voz de la calle, se encontrarán, tristemente, con violencia, porque los cauces (de participación) deben ser lo suficientemente anchos para que el caudal no se desborde, los ríos nos lo demuestran constantemente. Y es que no quieren ver la violencia que se ejerce desde las instituciones, como los ayuntamientos, las CC.AA. o el gobierno central. Una violencia mucho más grave que una quema de contenedores.
Es hora de que despertemos, es hora de que miremos a Gamonal. Es hora de ser Gamonal, porque no podemos aguantar ni merecemos tanta ignominia. Hay que decir basta, como ha hecho Gamonal. Rebelarse. Si no, estaremos condenados al fracaso, a un fracaso colectivo del que nos podrán culpar las generaciones venideras. O nos rendimos o luchamos.Y hoy, tenemos todos que ser Gamonal.
Salud y República
P.D. Esta entrada estaba escrita a las 17.00 horas, y programada para salir a las 21:45. Ahora que he vuelto veo que Gamonal ha triunfado y que el Ayuntamiento ha cedido y paralizado definitivamente las obras. Bien por Gamonal. ¡Viva Gamonal!