Somos bellas mariposas que podemos volar allá donde queramos, pero no lo recordamos…
Nos Creemos crisálidas que debemos evolucionar, que debemos salir del capullo donde “alguien” nos metió, que debemos llegar a un estado que no tenemos, que debemos esperar a tener unas alas que no poseemos, que debemos quedarnos durmiendo hasta que el tiempo decida que ya podemos brillar, que debemos…que debemos…que debemos.
Y no es lo mismo “saberte mariposa” que “creerte crisálida”. La perspectiva cambia totalmente y con ella todo tu Sentir y el camino que recorrerás.
No es lo mismo Saber que eres Amor y que son tus Creencias sobre “la vida” (que todo lo engloba, incluido tú) las que hacen que no puedas sentirlo, que Creer que eres una semilla de Amor que tiene que “aprender a”, que tiene que regarse cada día porque si no lo hace jamás crecerá….y jamás llegará a ser el Amor para el que fue plantada aquí en la Tierra.
El primer caso implica un desaprendizaje, un soltar velos, armaduras, identidades, conceptos, etiquetas, un olvidar para recordar, un “ya soy”, un tener el tesoro, un genio que eres tú, un saber las respuestas, una auto-maestría, una aceptación, un encuentro, un silencio, un vacío perfecto, un Dentro, un Aquí y Ahora.
El segundo caso, en cambio, requiere de una búsqueda constante, de un esfuerzo para “llegar a”, de una adquisición permanente de información, de una lámpara maravillosa externa, de gurús, de metas, de objetivos, de destinos, de iluminaciones, de rechazo por lo que estás pensando-sintiendo-siendo, de Fueras, de Futuro, de Mañanas.
No somos hijos de Dios, somos Dioses. No somos alumnos, somos Maestros. No somos un planeta, somos el Universo entero experimentándose en una dimensión ilusoria, en una densidad que puede ser palpada por nuestros otros 5 sentidos.
Nos Creemos separados, únicos, individuales. Nos Creemos gotas nadando en un mar cualquiera. Nos Creemos la mano, el pie, la oreja, la boca o la piel. Nos Creemos la rama, la corteza, la raíz o la hoja, cuando Somos el Océano, el Cuerpo y el Árbol completo.
Nos Creemos finitos, limitados, temporales, cuando somos Infinitos, Ilimitados y Eternos.
Y por eso tenemos tantos miedos, porque Creemos que “Todo tiene su fin” cuando “Nada tuvo su comienzo”, cuando Nada es lo que parece ni lo que parece Es.
- Miedo a dejar de ser
- Miedo a lo desconocido
- Miedo a la muerte
- Miedo a no cumplir mi misión
- Miedo a no “conseguir”
- Miedo a no despertar
- Miedo a quedarme como estoy
- Miedo a no poder
- Miedo a no Ser Amor.
No es lo que Soy, es lo que Creo que soy y lo que Creo que debería ser lo que me hace sufrir, lo que no me permite ser feliz, lo que me impide disfrutar de este momento, de este instante, lo que ensordece mi Alma, lo que me tiene anclado a la Mente, lo que no me deja escuchar a mi Corazón.
Todo aquello que estás buscando se encuentra en ti. Todo aquello que quieres saber sólo tú te lo puedes responder. Todo lo que ves fuera es un mapa, es una brújula, un reflejo, son las pistas que “te estás dando” para indicarte, señalizarte, que el único lugar al que tienes que llegar se llama Interior y en él ya estás.
Nadie te puede decir “cómo” ni “cuándo” ni “para qué”. Sólo tú puedes descubrirlo, descubrirte, dejando de huir de tu Presencia, dejando de hacerle tanto caso a las “verdades” de los demás y empezando a escuchar la tuya, a Confiar en la que YA habita en ti.
¿Cómo voy a AMAR si creo que todavía no soy AMOR?
Lo único que hay que hacer para Ser es dejar de hacer cosas para no-ser…lo que sea que te Crees que eres.
- Mientras intentas, no haces.
- Mientras buscas, no encuentras.
- Mientras te preguntas, no te respondes.
- Mientras te hablas, no te escuchas.
- Mientras vas, no estás.
- Mientras sueñas, no Real-izas.
- Mientras piensas, no sientes.
- Mientras recuerdas…, no Eres.
- Mientras “crees que”, no Amas.
¿Qué le dice un pez a otro? – Nada
Nada que decir, nada que hacer, nada que buscar, nada que aprender, nada que lograr, nada que sanar, nada que iluminar.
Sólo VIVIR. Sólo SENTIR. Sólo SER. Sólo NADAr.
” Y ese día volaremos juntas
sabiéndonos mariposas,
tocando el Cielo con nuestras escamas coloreadas,
y posaremos nuestras Alas en el Corazón de la Tierra
para que sus latidos,
que son los nuestros,
nos Regresen con su melodía
al Hogar en el que Todas fuimos Creadas “
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