Todos son idiotas excepto yo y otras astutas observaciones, de Peter Bagge.

Leyendo “Todos son idiotas excepto yo y otras astutas observaciones” resonaba de fondo en mi cabeza “Como hemos cambiado”, una hermosa canción de los Presuntos Implicados. Y es que de las primeras obras airadas del joven autor fascinado por el Grunge de Seattle de los primeros “Odio” a las historietas publicadas en la revista “Reason “por el maduro Bagge recogidas en la presente recopilación de La Cúpula media un abismo ideológico. Sin embargo y, más allá del posicionamiento libertario de Bagge, con el que se podrá estar más o menos de acuerdo, estas historietas resultan interesantes por varios motivos.

Bagge, en este variado conjunto de historietas, ofrece una nueva vía al incipiente “cómic periodístico” que tiene en Joe Sacco a su máximo –y casi único- exponente. Frente a los documentados y prolongados reportajes de investigación de Sacco, loables pero carentes de inmediatez, Bagge propone una estructura narrativa más popular, cercana e inmediata en su tratamiento de las noticias con estas pequeñas historietas de longitud variable – de una a seis páginas- en las que ofrece su opinión subjetiva respecto a los más variados temas de la política y sociedad norteamericana de la pasada década – la legalización de la marihuana o las armas, la política internacional exterior, el juego o localismos, como la implantación de un monorraíl o el transporte ferroviario, entre otros- , mediante una fórmula que incorpora abundantes textos, más o menos informativos en forma de cartelas y cuadros de texto que complementan la información gráfica de Bagge y generalmente reflejan su irónica visión de la noticia tratada, incluyendo en muchas ocasiones la narración de su propio proceso de investigación con lo que en muchas de estas historias el propio autor se erige en un personaje más de la historieta.

Ya digo que, a nivel personal, yo no comparto demasiados de los puntos de vista de Bagge (cuyo posicionamiento ultraliberal y antiestatal es muy propio de amplios sectores de la población norteamericana). Sin embargo, he vuelto a disfrutar del grafismo de Bagge, un excelente dibujante que ha sabido desarrollar a partir de la influencia de su “guru”, Robert Crumb y las grandes firmas de “MAD”- Davis, Elder, Wolverton o Aragones- un estilo propio perfectamente identificable, basado en el detallismo, formas redondeadas y diferentes grados de caricaturización, de la que es un consumado maestro y sobre la que basa buena parte de sus gags.

En definitiva, esta recopilación es un tebeo interesante sobre todo para los completistas de la obra de Peter Bagge -como curiosidad, hay una historieta ambientada en un Salón del Cómic de Barcelona en la que sale hasta el editor de La Cúpula- donde se refleja la evolución personal y artística de un autor inquieto y preocupado por el mundo que le rodea que ha sabido transformarse desde sus trabajos más conocidos sin perder por ello su mordacidad.

En cuanto a la edición, creo que La Cúpula debería haber optado por un tamaño de reproducción mayor porque los textos hay que leerlos casi con lupa para tortura de miopes, Con todo, el contenido resulta muy interesante.

Pablo de Blas Andrada.