Revista Deportes
No puede haber modelo de lenguaje no verbal más identificativo hoy día que nuestro comportamiento en redes sociales. Fundamentalmente en facebook y twitter resulta extremadamente ilustrativo e identificativo dar a "me gusta", no darle, compartir una noticia, no compartirla (silencio), borrar de un plumazo a un contacto, no aceptar una invitación de amistad, retwitear o no hacerlo, o hasta el punto de subir una noticia justo detrás de otra que haya colocado alguien que se quiera ensombrecer o llamar la atención para sí.
Ahí se ve todo, tod@s estamos ahí, tod@s quedamos retratados bajo el prisma de la interpretación tanto de la acción como de la omisión. Nadie se escapa.
Cual grafólofo que es capaz de obtener datos del proceder de una persona por su manera de escribir o el tamaño de su letra, tod@s quedamos fotografiad@s, ya digo, con nuestro comportamiento en redes sociales con el mero hecho de actuar o no hacerlo.
Curioso, pero, siendo así, afloran perfiles propios del pelota, del agradecid@, del interesad@, el oponente, el temeros@, el bocazas, el cobarde y un sinfín de personajes para hacer el juego de las mil caras.
Estas son las cosas de la nube, del siglo XXI y del cambio vertiginoso que están sufriendo las relaciones humanas, cada vez más alejadas del contacto físico y la segregación de endorfinas por ello así como también más cercanas a través de la conexión de un aparatito.