Revista Cultura y Ocio

Tokio blues, Haruki Murakami

Publicado el 19 abril 2015 por Conejo Blanco @DetrasdelConejo

Tokio blues, Haruki MurakamiTítulo: Tokio blues (Norweigan wood)

Género: Novela, novela de aprendizaje

Toru Watanabe, un ejecutivo de 37 años, escucha casualmente mientras aterriza en un aeropuerto europeo una vieja canción de los Beatles, y la música le hace retroceder a su juventud, al turbulento Tokio de finales de los sesenta. Toru recuerda, con una mezcla de melancolía y desasosiego, a la inestable y misteriosa Naoko, la novia de su mejor -y único- amigo de la adolescencia, Kizuki. El suicidio de éste les distancia durante un año hasta que se reencuentran en la universidad. Inician allí una relación íntima; sin embargo, la frágil salud mental de Naoko se resiente y la internan en un centro de reposo. Al poco, Toru se enamora de Midori, una joven activa y resuelta. Indeciso, sumido en dudas y temores, experimenta el deslumbramiento y el desengaño allá donde todo parece cobrar sentido: el sexo, el amor y la muerte. La situación, para él, para los tres, se ha vuelto insostenible; ninguno parece capaz de alcanzar el delicado equilibrio entre las esperanzas juveniles y la necesidad de encontrar un lugar en el mundo. Con un fino sentido del humor, Murakami ha escrito el conmovedor relato de una educación sentimental, pero también de las pérdidas que implica toda maduración.

Antes de empezar la reseña me gustaría pediros perdón por el ''abandono'' de estos días pero no queríamos publicar tan seguido y ayer estuve de viaje por Granada y llegué muerta. Y después de esta breve interrupción pasamos a lo que de verdad nos interesa: Tokio blues. Aviso de que hoy me siento con ánimo para hablar de la obra y puede que me explaye a gusto.
A pesar de toda la opinión y las críticas en las que muchos coincidimos que no es su mejor obra para mí tiene algo especial. El primer libro que leí de Murakami fue este y me seguí introduciendo en su mundo gracias a Los años de peregrinación del chico sin color y Al sur de la frontera, al oeste del sol antes de animarme con Kafka en la orilla o Después del terremoto.
De todos los que he leído suyos sé que no es el mejor pero a mí Tokio Blues me sacudió por dentro de una forma que los otros aún no han logrado, de hecho es muy importante porque transmitió todo lo que yo sentía en ese momento, absolutamente todo. Y si bien para degustar a Murakami hay que tener un ánimo especial, para comprenderlo y animarte a hablar de ello también porque te desnuda el alma.
Es por todos conocido la forma tan íntima y onírica que tiene Murakami de narrar sus obras y se nota que con ellas quiere transmitir un mensaje y provocarte un sentimiento ya sea de amor absoluto o de asco, varía con una facilidad increíble pero este libro podemos decir que es el más ''light'' suyo, incluso no parece ni de él porque los elementos extraños en este libro no tienen cabida. No hay ningún personaje que vea ranas o que hable con los gatos.
El personaje de esta obra es Tooru y su yo adulto es el que nos narra su historia con Naoko desde que él era pequeño.
" Me lleva tiempo evocar su rostro. Y conforme vayan pasando los años, más tiempo me llevará. Es triste, pero cierto. Al principio era capaz de recordarla en cinco segundos, luego éstos se convirtieron en diez, en treinta segundos, en un minuto. El tiempo fue alargándose paulatinamente, igual que las sombras en el crepúsculo. Puede que pronto su rostro desaparezca absorbido por las tinieblas de la noche. Sí, es cierto. Mi memoria se está distanciando del lugar donde se hallaba Naoko. De la misma forma que se está distanciando del lugar donde estaba mi yo de entonces"

Tooru desde un primer momento muestra una enseñanza muy valiosa: La vida pasa y las relaciones cambian, por mucho que queramos las personas que queremos no se pueden quedar para siempre con nosotros, para bien o para mal. Y cuando ellos se van, el ''yo'' que era antes se transforma en el ''yo'' de ahora. Este párrafo es una fantástica introducción al tema que va a tratar Murakami a lo largo de la obra: La pérdida. Y como tema secundario nos encontramos con la sexualidad.
Cada cual interpretará la pérdida como él crea pero para mí, esta clase de pérdida que sufre Tooru es la más dolorosa y la asemejo con la clase de duelo que sufre una persona cuando se suicida -tema fundamental en sus obras-. Cuando alguien se suicida o se marcha de tu vida sin dejarte explicaciones deja a uno con una sensación de vacío que pocos pueden entender, de verdad, y ese vacío es devastador. Te corroe por dentro porque no entiendes por qué motivo se marchó esa persona. Ese es el duelo que yo entiendo que sufre Tooru y de ahí su incomprensión y su lucha a lo largo de la obra. Esos duelos marcan a uno y provocan lo peor a uno mismo.

Podemos verlo aunque él no lo mencione como tal. El no tener ilusión se puede enlazar con la forma que tiene nuestro protagonista de ver la sexualidad, como algo frío al principio que hace por probar pero no le abriga el alma. No le reconforta ni le aporta nada. Tooru para mí es la víctima de esta pérdida.

Por otro lado tenemos a Naoko, ese personaje que a algunos les puede parecer una insufrible egoísta y otros simplemente la ven como una loca pero no es ninguna de esas dos cosas para mí. Hay personas más débiles de espíritu y otras son más propensas que otras. Naoko es una chica que se encuentra perdida y rota tras la pérdida de su novio. Cada vez que la leía me la imaginaba pensando ¿Por qué me has dejado? Es muy difícil que una de las personas que has querido y te ha querido te ha fallado para siempre. Tooru se pasa todo el libro alabándola pero Naoko se ve como alguien rota, como alguien dolida y perdida que no puede con su vida y no le encuentra sentido. Como si todo en ella estuviese mal y eso desquicia a cualquiera.
"Soy mucho más imperfecta de lo que crees. Por eso no quiero que me odies."

Pero lo peor de todo es que durante todo el tiempo que aparece ella procura ocultarlo y es muy duro y agotador demostrar que uno está más roto de lo que uno cree o quiere creer. Y es con estos pedazos con lo que Murakami nos invita a descubrir los demonios que hay detrás de los personajes. Él nunca explica todo su tormento con detalles por lo que si buscáis eso siento decepcionaros, él busca la libre interpretación en función de nuestras emociones. El final de Naoko era el de esperar y para mí era el perfecto, cuando alguien está así el irte de ''retiro'' no es la mejor cura, solo lo alarga. Naoko sería la depresión y la pérdida.

Y para mí el otro personaje clave es Midori. Desde un primer momento se nos presenta como un personaje extraño pero en cuanto comenzamos a descubrir su historia se llega a descubrir cómo es realmente y por qué actúa de esa forma.Hay veces en la que las pérdidas y las heridas nos llevan a un poco amor propio, a creer que no merecemos amor o a pensar que uno da más de lo que recibe. Y eso es lo que demuestra con cada frase. Midori solo quiere que alguien la acepte como es y que la quiera de la forma más sincera y entregada posible. "
Aunque sólo hubiera sido una vez hubiera querido recibir amor a raudales. Hasta hartarme. Hasta poder decir: Ya basta. Estoy llena. No puedo más. Me hubiera conformado con una vez."

Midori es la búsqueda del amor, la necesidad de que alguien demuestre que le importas. Todo esto nos lo dibuja Murakami de una forma exquisita y sutil. Entre medias enlaza esta historia con otros personajes y otros temas como es el tema de la sexualidad o su compañero de cuarto y su novia.

Al final todo sigue su cauce y las cosas acaban como deben acabar pero Reiko, la amiga de Naoko, acaba finalizando la obra de la más increíble. Y si alguna vez uno pensó que no tenía peso en ese final dejará de hacerlo. Reiko es el final, la vuelta a la cama, el rayo de esperanza que te levanta. La vida sigue y uno no puede evitarlo por lo que toca seguir viviendo aunque eso signifique que nos harán daño y que lo haremos pero hay que seguir viviendo y aceptar la felicidad a pesar de las pérdidas y de cómo esté nuestro ánimo.

"Las cosas fluyen hacia donde tienen que fluir, y por más que te esfuerces e intentes hacerlo lo mejor posible, cuando llega el momento de herir a alguien lo hieres. La vida es así. Parece que esté aleccionándote, pero ya es hora de que aprendas a vivir de este modo. Constantemente intentas que la vida se adecúe a tu modo de hacer las cosas. Si no quieres acabar en un manicomio, abre tu corazón y abandónate al curso natural de la vida. Incluso una mujer débil e imperfecta como yo piensa lo maravilloso que es vivir. Intenta ser feliz. ¡Adelante!

[...]No te reprimas por nadie y, cuando la felicidad llame a tu puerta, aprovecha la ocasión y sé feliz. Puedo decirte por experiencia que estas oportunidades aparecen dos o tres veces en la vida y, si las dejas escapar, te arrepentirás para siempre."

Y por todo esto para mí Tokio Blues tiene una puntuación de


Espero que disfrutéis la reseña tanto como a mí escribirla.


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