El pasado fin de semana se celebró una nueva edición de Toledo Matsuri, una feria centrada principalmente en el manga, el anime, los videojuegos y los juegos de mesa. Este era su segundo año, pero en mi caso era la primera vez que la visitaba. A pesar de que no tengo coche, me resultó muy sencillo asistir, ya que tanto la estación de tren como la de autobuses -por azares del destino utilicé ambos medios de transporte- quedaban muy cerca de las instalaciones, alrededor del pabellón polideportivo Javier Lozano.
Las actividades se dividían esencialmente en tres zonas:
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Nada más entrar teníamos la zona comercial, con puestos de diversas editoriales, tiendas de merchandising y de comida. A ambos lados había varios puestos de juegos de cartas y de mesa, y también stands de videojuegos con desarrolladores indies, zona de torneos y de e-sports.
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En el pabellón principal, había decenas de puestos de ilustradores y artesanos, que vendían prints, figuras, llaveros y todo tipo de artículos relacionados con la cultura japonesa y los videojuegos.
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Por último, de camino hacia el escenario principal, había una zona de conferencias, un tatami, un área de descanso y unos cuantos foodtrucks por si no habíamos llevado avituallamiento.
Zona comercial, juegos de mesa y videojuegos
Lo primero que llamaba la atención al entrar eran los juegos de mesa, ya que había varias empresas dedicadas a este tipo de ocio que se distribuían a lo largo de varias carpas. Me llamó también la atención que había una empresa que se dedicaba a vender mesas dedicadas a este tipo de ocio por unos 1.000€, con varios accesorios. A primera hora de la mañana no había mucha gente por aquí, pero después de comer estaba abarrotada de aficionados y familias dispuestos a descubrir nuevos juegos de tablero y de cartas.
Después, tras una zona en la que se realizaron varios talleres, había un pasillo en el que había varias casetas a ambos lados de algunas editoriales, otras que vendían merchandising como camisetas, espadas o figuras de resina, y también otros con bebidas, galletas y otro tipo de alimentos. Me llamó la atención que algunos artistas estuviesen aquí y otros dentro del pabellón, pero supongo que se debía a alguna cuestión organizativa.
A continuación había una zona de conferencias, tras la cual se podían ver varios desarrolladores indie como Kaleido Games, Red Mountain, Juan-Mod o Infinite Thread Games. De hecho, fue Jaime el que me puso al tanto del evento en la pasada Retro Pixel, y en esta ocasión llevó una recreativa de su " Slam and Roll" construída por la buena gente de El Templo del Arcade.
A unos pasos estaba la zona de torneos, en la que también había varias máquinas recreativas de Patrystation. Los torneos los organizaba Ganbaru Games y fueron de varios títulos a lo largo del fin de semana. Yo me animé a participar en el de " Tekken 8 " y la verdad es que me lo pasé fenomenal. Fui ganando combates hasta llegar a la final, en la que perdí con un jugador que era claramente superior. Tampoco me puedo quejar, ya que como subcampeón me llevé un póster del juego y un troquel promocional enorme.
Finalmente, había una zona de e-Sports en la que jugaron a juegos como " Valorant" o " League of Legends ", y en la que siempre había un griterío enorme 😄
Zona de artistas y artesanos
Dentro del pabellón deportivo se distribuían decenas de pequeños stands con todo tipo de artistas, desde ilustradores hasta artesanos de las figuras de resina, que mostraban y vendían sus obras. La verdad es que en general el nivel era muy alto, y se podían ver auténticas obras de arte. Eso sí, también había algunos que se limitaban a llevar impresiones en 3D, algo que me recordaba en parte a los tiempos en los que se vendían fotocopias de " Dragon Ball ".
Zona familiar, restauración y escenario principal
Saliendo del pabellón podíamos ver algunos puestos más al aire libre, y también una zona intermedia en la que había un tatami -sobre el cual se realizaron varias actividades-, un pequeño escenario y un área de descanso.
Bajando un poco más llegábamos a la zona de restauración, con varios puestos de comida -y uno de bebida en el que tenían unos vasos conmemorativos reutilizables-, mesas para tomar algo bajo unos toldos, y el escenario principal.
En cuanto a la comida, yo opté por el ramen y la verdad es que fue un poco escaso y algo grasiento para mi gusto. Sin embargo, unos amigos optaron por la comida mexicana y tenía mucho mejor pinta. Eso sí, en la foto anterior se pueden ver las mesas y os puedo asegurar que en la hora de la comida era complicado sentarse ahí teniendo en cuenta toda la gente que asistió al evento. El sábado hizo un calor terrible y vi mucha gente comiendo a la sombra del pabellón deportivo, o incluso fuera del evento en cualquier lugar improvisado.
Finalmente, en el escenario principal desfilaron varias personas haciendo cosplay, y también hubo música toda la jornada. Me gustaría destacar el presentador -creo recordar que se llamaba Fernando-, que se disfrazó de Bulma por la mañana y siempre conseguía sacarnos una sonrisa con sus ocurrentes comentarios.
Conclusiones
Esto fue, a grandes rasgos, lo que pude ver y disfrutar del sábado, ya que fue el único día que me fue posible asistir al evento. Hay que destacar que había numerosas actividades a lo largo del día, y había que elegir según nuestros gustos personales. Además de lo que he comentado, hubo varias charlas, sesiones de firmas, y los más pequeños tuvieron algunos talleres específicos para ellos.
La verdad es que se trata de una feria con un ambiente muy joven y familiar, que ha reunido con éxito varias facetas del ocio actual en un entorno con marcado acento nipón. Si repiten el año que viene, no dudaré en asistir de nuevo. Eso sí, espero que haga algo más de fresco 😂
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