Imagine a un caballero de Oxford pulcro, conservador, rutinario y devoto hasta el exceso. Estereotipo puro.
Una aséptica apariencia en traje de 'tweed' que esconde una bomba de relojería dentro. Con enanos, elfos, dragones, magos y orcos. La historia de la Tierra Media. Cuentan los que le trataron que si J. R. R. Tolkien (1892-1973) hubiese habitado su universo, habría sido un hobbit, ese amante del sosiego de la fortaleza-hogar en cuyo entorno se desborda el cuento.
La obsesión venía de lejos. Desde pequeño le atraparon el lenguaje y la mitología: llegó a saber griego, latín, francés, inglés, galés, gótico, finlandés, islandés y noruego antiguo y alto alemán antiguo.
Y no contento con eso, se dedicó a inventar sonidos y nuevas lenguas. E hizo carrera de ello: se convirtió en profesor de inglés en la Universidad de Leeds y después, en Oxford, donde él mismo estudió Filología.
Fuente:
- "Oxford en la Tierra Media".