A las tres semanas de la toma de medidas por parte de el equipo de Tom Black, recibí un correo electrónico informándome que podía pasar por el atelier de Tom Black en la calle Santiago Bernabeú nº 10. Y ahora viene la razón por la que os digo que Tom Black es un acierto. Llevo en el mundo de la moda mucho tiempo y tenía una preocupación el pie de cuello, todas las prendas me generan una arruga igual de grande que la separación de Moisés de las aguas del mar rojo...
Pero no, mis miedos desaparecieron en el momento que mis hombros fueron cubiertos por el tejido, un traje siempre nos demuestra sus bondades desde el hombro, ni una sola compostura a mayores, no sé si será las buenas manos de José Manuel a la hora de mostrar mis medidas o el trabajo de confección, pero Tom Black me tiene ganado.
Como siempre repito la elegancia se encuentra en los detalles, para esta prenda, revisamos todas mis virtudes físicas y mis defectos, para esta prenda había dos premisas claras, mi altura y mi recorrido de pecho, para crear un efecto de que me beneficiara en mi silueta, la chaqueta se estrecha en la cintura, dándome un aspecto en forma de "V". La chaqueta, con su diseño de dos botones, tiene una tirada de solapa larga. Para mayor contraste, este estilo también tiene una sisa algo más alto y el pecho es un poco más pequeño. Todos estos detalles funcionan para darle más definición y un resultado impecable.
Las solapas siempre han sido un reflejo de la moda del momento, algunos sastres escuchan al cliente en sus necesidades, sin apreciar que algunas de ellas pueden repercutir negativamente en el conjunto. Esto es lamentable, ya que su tamaño no debe ser una cuestión de capricho, sino siempre un reflejo de las proporciones de la chaqueta y sobre todo de la anatomía del cliente. En mi caso antes que pudiera articular palabra, José Manuel el responsable de sastrería de Tom Black, me leyó el pensamiento, no podía llevar unas solapas ni anchas, ni cortas.
El cran es abierto, como buena prenda de sport, para las prendas más formales como buen caballero prefiero llevar el cran cerrado. La solapa viene acompañada por un picado que recorre la misma, muy sutil, como si esbozara las manos de un sastre. El quiebre de la prenda es amplio, no tengo una estatura elevada, preferí un quiebre caído que potencie un efecto de amplitud sobre mi figura. Como os comenté en el artículo anterior, me decanté por un cruce sencillo, de una fila en dos botones, quería evitar tener una prenda de tres botones estilo sastrería napolitana, tan de moda entre bloggers.
Aun teniendo un poco de abdomen, opte por un ajuste entallado, para una perfección en la americana, la pinza de pecho debía tener el entalle justo para que no me quedara ceñido, pero las medidas tomadas por José Manuel fueron muy precisas y se nota en el resultado final.
Las tapetas de los bolsillos deben ser compatibles con el tamaño de las solapas, ni demasiado grande ni demasiado pequeño. Al igual que las solapas, no debe llamar la atención sobre sí mismos. Además, su tamaño real debe ajustarse a la de la chaqueta. No soy muy fan de los bolsillos plastrones, vuelvo a repetir que para una persona de estatura media no es la mejor opción, además soy muy maniático con ellos y nunca quedan a mi gusto. En la parte derecha incorporamos un ticket pocket, para darle un toque mas british, no nos engañemos me encantan.
Una particularidad de la sastrería reside en el forro. Tradicionalmente, era de color coordinado con el tejido traje (esto es todavía de vez en cuando está disponible), mientras que los forros de rayas se utilizaban en las mangas. Pero el color es menos importante que la calidad de la tela. Debemos asegurarnos que esté suave y bien cosido en la chaqueta. Pensaba dejar la americana sin forro, para poder mostrar el trabajo realizado en la prenda, una buena chaqueta de sport siempre viene sin forro, pero al ver el tejido que me mostró Juan Terrer no me pude resistir, me encandiló. Como se puede apreciar en las imágenes es precioso y de calidad. Doy por sentado que os habéis fijado en un detalle,
Los ojales son otro indicador de la calidad de un traje. Otro vestigio del pasado es el hecho de que todos los trajes de calidad tienen ojales hechos a mano. Los fabricantes de confección industrial no pueden detenerse en crear ojales a mano porque las tiendas necesitan la capacidad de alterar la longitud de la manga para adaptarse a los brazos de diferentes tamaños. La única manera de alterar una manga que tiene un ojal abierto es reducir la manga por hombro, una alteración prohibitivamente cara. Originalmente, estos ojales abiertos podrían haber servido alguna función real, pero en la actualidad, son simplemente un símbolo de artesanía.
Como detalle final, en la parte interior de la americana del mismo tejido del forro, el cual podía hablaros horas, esa trabilla que recorre los faldones, ya os explico su virtud, cuando un caballero esté en posición recta, la espalda permanece totalmente recta, mientras que cuando andamos, evita que vuelen los faldones, teniendo siempre la caída perfecta del tejido. Esta fluidez que se genera, proporciona una silueta más atractiva. Uno de los muchos aciertos de Tom Black.
No puedo decir más que si residís en Madrid, debéis por lo menos conocer sus instalaciones.