Tom Waits – Mule Variations

Innauguramos Noviembre en nuestro gramófono con alguien muy, muy especial. Muy apropiado para éstos días de viento y frío. El caballero Tom Waits y su obra maestra de 1999, Mule Variations.

Al amigo Waits le pasa lo que a los grandes: o te gusta mucho mucho, o no te gusta nada, pero no conozco a nadie que le provoque indiferencia. Ha conseguido poco a poco crear un lenguaje propio y un estilo reconocible desde el minuto uno. En su garganta conviven un cantante de jazz aterciopelado y suave, un Bukowsky agonizante, un Bukka White de lo más inspirado e incluso un Chamán indio en mitad de un conjuro. Y todos ellos, en la misma comunión musical dirigida por Waits como maestro de ceremonias.

Y en el 99 sacó éste disco. Es el perfecto para adentrarse en su mente, es una mano en el hombro y a la vez un calambrazo en la espina dorsal. Encontraréis el hermoso single Hold On, por ejemplo. Temas ya antológicos de su carrera como son Big in Japan o Get Behind the Mule. Y dos de las piezas más especiales, a mi siempre objetivo juicio.

Una de ellas es Chocolate Jesus. Un banjo, un contrabajo, un charles y una armónica arropan una letra absolutamente sensacional, que os invito a buscar traducida. No tiene desperdicio. Te da la absoluta sensación de que estás en el porche de un granero en el siglo XIX en Texas, sin recurrir a ningún tópico country.

Y para mí la canción más bella de Tom: Take it with me. Os recomiendo que la escucheis la primera de todas. El piano medio desafinado pero cálido y la voz brillante y clara que te ponen en situación como si de una película se tratara. Sobre todo, por favor, poned especial atención al final. Cuando dice eso de: “En la isla hay una ciudad, en la ciudad hay una casa. En esa casa hay una mujer… Y en esa mujer, un corazón que quiero. Voy a llevárlo conmigo cuando me vaya.”

Disfrutadlo. Y feliz Noviembre a todos y a todas.