Cuando incluimos a Tom Waits en la sección de "Un músico en cinco discos", ya hablamos brevemente de la calidad e impronta de un album como Rain Dogs (1985). Obra absolutamente capital en la carrera de uno de los músicos mas irreverentes, impredecibles y geniales que existen, y al que confieso una fascinación muy especial. Rain Dogs es quizás el disco por excelencia de Tom Waits. Aquel donde muchas de sus influencias e interioridades se dan la mano para proporcionar al oyente la posibilidad de sumergirse en un mundo diferente y apasionante. Un album que debe escucharse de forma persistente para que poco a poco pueda ir adhiriéndose a tu piel hasta ser parte de ti mismo. Mucha de la grandeza de la música de Tom Waits, está aquí y en sus mejores dosis.
Para 1985 la carrera de Waits ya había dado mucho de sí. Sus años setenta, con aquella serie de maravillosos retratos suburbanos, llenos de melancolía y elegancia, son a todas luces imprescindibles en la colección de discos de cualquier aficionado a la música. Obras imperecederas como Closing Time, The Heart Of Saturday Night, Small Change (mi favorito de todos ellos) o Blue Valentine son joyas de la música introspectiva y de autor. Seducen a la primera. Con el también excelente Hearthatack And Vine de 1980, ya dejaba pistas sobre el futuro giro estilístico que se avecinaba y que se concretó en el no menos extraordinario Swordfishtrombones en 1983. Su nueva musa y esposa, Kathleen Brennan, le sacó del pozo anímico y personal en el que se había hundido el bueno de Tom, y le llevó por unos nuevos derroteros creativos que llegan hasta nuestros días. Una resurrección en toda regla y para mi, uno de los cambios artísticos mas valientes y loables de la historia. Un nuevo Tom Waits se abría camino.
Tras el éxito de crítica que supuso Swordfishtrombones y después de dejar a medio mundo absorto ante el cambio de rol musical, Rain Dogs llegó en el mejor momento, apuntillando esa sensación de estar ante algo completamente nuevo. Tan nuevo que escuchando estos dos discos, uno se olvida completamente de que antes de ellos hubo una carrera brillante con discos como los anteriormente citados. El cambio es tan rotundo, que no deja aliento ni para hacer las comparaciones oportunas. Habiendo asimilado toda la obra de Waits con tiempo y pasión, confieso que Rain Dogs es para mi su mejor disco, o la obra que mejor le define en toda su esencia. Por ello, me ha parecido que una entrada comentando el contenido de este disco, era lo menos que podía hacer. Estoy en deuda con Waits gracias a obras maestra de tanto calado.Rain Dogs fue el primer album que escuché de Tom Waits de los correspondientes a su segunda etapa en Island Records. Antes de ello, sus obras de los setenta, ya me habían descubierto a un artista genial y que pasó a ocupar una posición de lujo en mi escala de artistas y músicos favoritos. Recuerdo que escuché los primeros acordes de Singapore paseando por la playa en un día soleado de verano. El choque sonoro fue tan grande que tuve que pararme en seco quedándome pensando y mascullando para mis adentros: "pero que coño es esto?". Afortunadamente, tras la impactante y nada satisfactoria primera canción, opté por dejar transcurrir las canciones esperando encontrarme con algo que medianamente se pareciera a joyas que ya tenía interiorizadas como Tom Traubert's Blues, San Diego Serenade o Jersey Girl. Lógicamente, eso no ocurrió. Pero en cambio, la escucha del disco al completo me proporcionó nuevas y extrañas sensaciones. Esas sensaciones que uno tiene cuando está ante algo nuevo y misterioso a la vez. Por supuesto, volví a escucharlo seguido y a la tercera escucha ya había tomado la decisión de que iba a seguir su camino.
Los Perros de la Lluvia es ante todo un album profundamente ecléctico, aunque sus primeras escuchas puedan expresar lo contrario. Como también lo fué Swordfishtrombones. Un compendio de muchas ideas concretadas en canciones rudas y ásperas, sin dejar de lado esas melodías tan especiales en el cancionero de Waits. Los ambientes que el genio de Pomona consigue crear en estos discos es sencillamente apasionante. Clap Hands, con es ritmo tan hipnótico, es una de las primeras canciones que te dejan clavado en la silla. A partir de esa canción, en el disco se van sucediendo piezas de diversos estilos (cabaret, blues, rock...) que van tejiendo una atmósfera de la que es difícil escapar.
Clásicos de su cancionero como Jockey Full of Bourbon conviven con piezas como la decadente Tango Till They´re Sore o el blues crudo de Big Black Mariah.Diamons and Golds, con la guitarra clave de Marc Ribot, es una debilidad personal: What some men will do here for diamonds, What some men will do here for gold. La cara A del álbum termina con dos canciones absolutamente maravillosas y que sitúo entre mis grandes favoritas de toda su obra. Imposible resistirse a la belleza poética de Hang Down Your Head y Time, ambas dos, piezas claves de la obra.
Aunque Rain Dogs no es un album conceptual en si mismo, si está perfectamente estructurado como tal. La Cara B comienza con la excelente y envolvente canción homónima para dar paso a varias composiciones que aportan su granito de arena para hacer del álbum una verdadera joya. El instrumental gangsteril Midtown, nos envuelve en un nuevo ambiente que la intensa y recitada 9th & Hennepin apuntala. Definitivamente, estamos en otro mundo. El blues huidizo de Gun Street Girl y el rock clásico (de la mano de Keith Richards) de Union Square nos llevan a un final donde destacan la intensa Blind Love y la redonda y springsteeniana Downtown Train que muestran a un Waits en estado de gracia. El final, con la deliciosa y desgarrada Anywhere I Lay My Head nos acaba dejando un sabor a obra clásica imperecedera.
Pero mas allá de la música, de las increíbles composiciones que aquí se recogen, el gran valor de Rain Dogs y de sus compañeros de trilogía clásica waitsiana es que nos muestra a un artista en un estado de creatividad increíble, dejando una impronta de estilo y maestría muy pocas veces repetido. Tom Waits tiene un lugar de privilegio en el universo de la música popular, y Rain Dogs siempre brillará con una luz especial. Un álbum clásico de un artista único.