Se argumenta que el comportamiento político es el resultado de la interacción de mecanismos políticos y de procesamiento de la información. Los mecanismos políticos se ocupan de los valores, los intereses y la influencia de los actores políticos, mientras que los mecanismos de procesamiento de la información se ocupan del uso que hacen los actores del conocimiento y la experiencia al explorar el espacio de las opciones y las acciones.
Se sostiene que los enfoques de procesamiento de la información proporcionan un lenguaje para expresar las teorías de la toma de decisiones políticas con mayor precisión que antes. Este lenguaje también permite la experimentación computacional de estas teorías.
La adopción masiva de Internet ha producido un diluvio de datos, un fenómeno calificado como el "nuevo petróleo" de la economía digital. Cuando estos datos se combinan con algoritmos, permiten crear sistemas informáticos capaces de tomar decisiones en función del contexto. Eso sí: a partir de un histórico de datos (situaciones, diagnósticos, características, etc), de unos antecedentes, ponderados y comparados. Inicialmente utilizados como sistemas "expertos" sólo en entornos controlados, ahora están empezando a entrar en el espacio público en forma de dispositivos como coches auto-conducidos o drones, pero también cada vez más como parte de sistemas de toma de decisiones con efectos políticos directos.
Por ejemplo, se puede influir en la opinión pública a través de la selección algorítmica de la información mostrada en su feed de noticias para que coincida con sus preferencias. Usted leerá solo aquello sobre lo que ha mostrado previo interés o una materia proclive a sus intereses, los cuales han sido perfilados a partir de sis datos, un reguero de información obtenida por múltiples fuentes.
Esto funciona de forma similar a las tiendas online que ofrecen productos basados en compras anteriores y términos de búsqueda, pero en lugar de afectar sólo a la decisión de compra pueden afectar, por ejemplo, al voto, otra decisión de compra, si se permite la equiparación al lenguaje del marketing tan adaptado a las técnicas electorales. Así se abre la posibilidad de manipulación electoral o al menos de la falta de independencia o libre albedrío.
Del mismo modo, las técnicas de aprendizaje automático se combinan para ayudar al proceso de toma de decisiones políticas a partir de los datos recogidos.
Según el Cambridge University Press,
"...En particular, los sistemas de inteligencia artificial (IA) tienen el potencial de aumentar la legitimidad política mediante la identificación de problemas sociales apremiantes, la previsión de posibles resultados políticos y la evaluación de la eficacia de las políticas."
Por lo que no siempre debe darse esa connotación negativa de manipulación de información o táctica de manipulación de las masas donde la democracia y las libertades se ven vulneradas.
Este 'concepto' de Cambridge se le llama toma de decisiones políticas a partir de los datos.
Esto se define como la utilización de datos, métricas, sucesos (hechos) para guiar decisiones estratégicas que estén alineadas con las metas, en este caso, de la política en cuestión.
Cuando se aprovecha al máximo los datos, todos los involucrados (analistas, publicidad, entre otros) obtienen la capacidad de tomar decisiones mejores; pero esto no depende únicamente de elegir buenas tecnologías de análisis que identifiquen las estrategias y oportunidades.
La toma de decisiones políticas a partir de los datos se debe establecer como norma, con un altisimo compromiso de transparencia, que pasa por el registro público de algoritmos (Colombia ha dado pasos en esta dirección). Debe crearse un ambiente donde predomine el pensamiento crítico. Todo el equipo entabla conversaciones en base a los datos, y es en base a esto que se realiza la aplicación de los mismos.
Un ejemplo de todo lo dicho hasta ahora, se puede hacer citando un estudio de Cambridge que argumenta: " La falta de legitimidad política socava la capacidad de la Unión Europea (UE) para resolver las grandes crisis y amenaza la estabilidad del sistema en su conjunto. Al integrar los datos digitales en los procesos políticos, la UE pretende basar cada vez más la toma de decisiones en pruebas empíricas sólidas."
Diferentes factores han afectado la legitimidad política de la UE y su capacidad para la toma de decisiones (BREXIT, consecuencias del COVID en el continente europeo, déficit democrático en sus instituciones, entre otros) por lo que, explica Cambridge, "en particular, los sistemas de toma de decisiones algorítmicas (ADM) se utilizan para identificar problemas sociales urgentes, prever posibles resultados políticos, informar el proceso político y evaluar la eficacia de las políticas. Por ejemplo, se ha demostrado que los sistemas de ADM apoyan con éxito la toma de decisiones sobre la distribución socialmente aceptable de los refugiados. Los ensayos sugieren que este enfoque aumenta las tasas de empleo de los refugiados en un 40-70% en comparación con las prácticas de distribución dirigidas por humanos"
También destaca que "un reciente informe del instituto de investigación AI NOW reveló que los sistemas de ADM pueden acusar falsamente a los ciudadanos de fraude, excluirlos arbitrariamente de los programas de ayuda alimentaria o reducir por error sus prestaciones por discapacidad."
En conclusión, el uso de la Inteligencia Artificial (IA) y datos para la toma de decisiones en la política tiene aspectos por mucho positivos para los gobiernos, pues si bien a la IA se le puede "entrenar, configurar o enseñar" a ser "corrupta", su naturaleza no se basa en ello. Se basa en todos los factores antes mencionados que son de especial interés para la UE y otros países en la actualidad.