Revista Coaching

Toma la decisión

Por Vivaconproposito

Una decisión es una resolución que se toma ante una situación dudosa, es una elección que se hace entre varias alternativas. Todos pasamos nuestra vida entera tomando decisiones, desde la hora en que decidimos levantarnos, la ropa que vamos a usar, el desayuno que vamos a tomar y otras aún más importantes, como las decisiones en el trabajo, lo que deseamos estudiar e inclusive las personas con las que compartimos.

Ninguna decisión es poco importante y debe pasar siempre por todo un proceso de pensamientos que nos conducirá a un acto de consecuencia en nuestra vida. Por ejemplo, si le damos a escoger a un niño entre un helado sabor chocolate y otro sabor vainilla, el niño enfrentará un complejo proceso de resolución mientras decide qué le gusta más. Por simple que parezca, considerará cual ha probado antes, evaluará sus experiencias, su apariencia, el sabor, el tamaño, si le apetece, etc. También evaluará en el acto las consecuencias si escoge uno o el otro. Esto quiere decir que considerará las probabilidades de que no disfrute tanto de su elección y quizás debió haber elegido el otro. En contraste quizás valoré el proponer elegir los dos disminuyendo la posibilidad de riesgo de su elección. Esta decisión es importante para este niño y como podrá imaginar, una muy difícil elección.

Conforme vamos creciendo, las decisiones que tomamos tienen mayor grado de dificultad y las consecuencias son aún más transcendentales, debido a un abanico de opciones cada vez más complejo en nuestra vida. Una elección de que estudiar, por ejemplo, implica una decisión importante para nuestro futuro profesional y nuestra estabilidad laboral. La adquisición de algún bien, como una casa o un automóvil, implica un arbitraje de emociones con consecuencias de mayor riesgo que pueden ser emotivas pero también abrumadoras.

Las decisiones que tomamos tienen una estrecha relación también con la forma en que nos relacionamos con nuestra familia de origen, y como éste núcleo tomaba decisiones sobre los diferentes aspectos que les afectaban y el grado de importancia que tenían. La sociedad marca una pauta sobre lo que es permitido o no, sobre lo que es bien visto o no; y de esta manera las familias adaptan sus costumbres, decisiones y forma de vida, a partir del tipo de sociedad en el que se encuentran.

Para tomar una buena decisión, debemos trazarnos un objetivo claro, informarnos bien y tomar en cuenta las preferencias que tenemos sobre las diferentes opciones. Es importante evitar tomar una decisión en un momento de enojo o tristeza, como dicen “hay que hacerlo con la cabeza fría”. Algunas veces es muy valioso conocer la opinión de otras personas, hay quienes por su experiencia pueden darnos una buena referencia.

Pero recuerda ser tu quien tomes la elección. No hay que esperar que otros tomen decisiones por nosotros. Sin importar el resultado, hay que aprender a ser responsables y asumir las consecuencias de nuestras decisiones, así sean buenas o quizás no tanto.

Procura siempre ser objetivo. Haz un esfuerzo y pon en la mesa tus deseos desde tu punto de vista y enfréntalos con todo aquello que puedas encontrar al respecto. Toma en cuenta tu experiencia pasada y la de otras personas. Evalúa con criterio lo que puedas investigar y abre tu mente.

Al final debes tomar una decisión y por consecuencia asumir el riesgo en función de esa elección. Pero todo en la vida implica un riesgo, por lo que hay que practicar para ser mejores. Pero toma ya la decisión

“Esperar duele. Olvidar duele. Pero el peor de los sufrimientos es no saber qué decisión tomar.” Paulo Coelho

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