Las semillas son vida latente pura. Es el inicio de todo el ciclo nutritivo (semillas, plantas, animales y por último humanos). Aunque las legumbres son técnicamente semillas, hoy vamos a centrarnos en las de chía y lino, consideradas de las semillas más sanas.
Incluirlas diariamente o a menudo en nuestra dieta nos aportará un extra muy recomendable de nutrientes que a la larga nos traerá grandes beneficios.
SEMILLAS DE CHÍA
Son uno de los mejores súperalimentos. Son muy ricas en vitaminas y minerales, y entre sus beneficios encontramos:
- Más proteína que cualquier otro alimento no-animal.
- Triplica la cantidad de antioxidantes de los arándanos.
- Triplica en hierro a las espinacas.
- Seis veces más calcio que la leche.
- Siete veces más vitamina C que las naranjas.
- Ocho veces el omega-3 presente en el salmón.
- Aporta diez veces más fibra que el arroz.
- Gran fuente de magnesio, más que el brócoli.
- Absorben diez veces su peso en agua.
No obstante, es importante saber cómo tomarlas. Las semillas vienen recubiertas de una capa protectora que nuestro sistema digestivo encuentra difícil de traspasar. Un método sencillo de incluirlas en la dieta es hidratándolas. Mézclalas con agua por 10 minutos, para que absorban líquido y se ablanden. El agua residual se volverá algo pastosa, pero ya puedes incluirlas en tus cereales, avena, yogurt, o como gustes.
SEMILLAS DE LINO
Estas semillas son ricas en lignanos y fibra dietética. Ayudan al control del apetito y a bajar de peso. Además tienen compuestos anti-inflamatorios, y el ácido alfa linolénico reduce el riesgo de padecer cáncer. Los lignanos tienen efectos antioxidantes.
Se le han atribuido propiedades regenerativas para el cabello, haciéndolo más fuerte y brillante, previniendo su caída.
También tienen vitaminas del grupo B, hierro, calcio, fósforo, cobre y zinc entre otros minerales.
Antiguamente se usaba para prevenir dolores abdominales.
De nuevo, la semilla entera es de difícil digestión. Puedes molerla en un molinillo, o hidratarla como el caso de la chía.
CONSEJOS
Ahora que conoces estas dos semillas, y ves que el método de preparación es muy similar, ¿por qué no las incluyes en tu dieta?
Te aconsejamos utilizar un recipiente vacío (que pueda cerrarse lo más herméticamente posible), y colocar en él semillas de lino y chía juntas. Hidrátalas con agua, y guárdalo en la nevera. Así tendrás semillas listas para varios días.
Sus propiedades combinadas repercutirán muy favorablemente en el rendimiento y recuperación del deportista.
Una cucharada grande al día es suficiente, o varias pequeñas.
Hidratadas estarán perfectas por algunos días. Calcula bien la cantidad de semillas que hidratas para no desperdiciarlas. Intenta que no quede demasiado aguado, ya que lo ideal es que la mezcla sea más bien pastosa. Si las dejas toda la noche, a la mañana siguiente estarán perfectas.
Un consejo: agita el recipiente de vez en cuando, para que las semillas superiores no se apelmacen ni les salga “telita”.
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