En días recientes, he sabido de historias cercanas de muertes de jóvenes relacionadas con la obesidad y problemas cardiacos, suficiente motivo para animarme a escribir este Post.
Mi experiencia comienza en mi primer embarazo a mis 18 años subiendo de 76 a 108 kilos y continúa con mi segundo embarazo a los 30, de 98 a 115 kilos, mido 1.75 mts. Con dolores musculares, de huesos, un embarazo con preclampsia y mi autoestima por los suelos, decidí hacer algo al respecto.
Así inició una lucha contra la obesidad y sin saber por donde empezar, mi esposo me convenció y me inscribí en un gimnasio solo para mujeres y una visita con la nutrióloga en marzo del año pasado. Parecía una meta imposible de alcanzar ya que era demasiado ambiciosa, desaparecer mínimo 35 kilos ¡a cualquiera desanima!, pero mis hijos, esposo y yo misma valían la pena. Aprendí a clasificar la comida como “saludable” y “chatarra”, efectué una depuración en mi alacena y refrigerador, programé los menús basados en estos principios y acudir al gimnasio al menos tres veces por semana. (¡Ha! ¡Para sorpresa! Como buena ama de casa descubrí también que los alimentos saludables son más económicos que la comida “chatarra” así que no vi afectada mi economía)
No niego que ha sido un camino difícil, pero ha sido más fácil adoptar buenos hábitos alimenticios y de ejercicio, ahora siento que soy una mujer especial porque he aprendido que la paciencia y dedicación nos hace llegar lejos. Actualmente peso 95 kilos, he bajado 20 kilos y me quedan aún más, voy despacio, porque sé que las dietas milagros y bajar de peso rápidamente lo único que lograran es el efecto “yo-yo” así que prefiero perder 1.5 kilos a 2 por mes, porque serán de grasa y no de masa magra, me sorprendo al ver que entro en ropa mucho mas pequeña que antes de mi segundo embarazo, mi cuerpo está musculoso y firme. Adiós a los achaques de viejita.
Mis reglas de oro son:
- No refrescos gaseosos. (Coca-cola, Pepsi, Fanta, etc.)
- No pastelitos, muy poco pan de caja y de dulce.
- Nada de dulces ni helados a excepción de un poco de chocolate.
- No cocinar con aceite vegetal ni manteca. Es mejor al vapor.
- Limitar el consumo de carnes.
- Por nada del mundo, comer frituras.
- La fruta y verdura tendrá que ser fresca, regularmente las compro en el mercadito recién cosechadas de los huertos locales. (Así evito algunos transgénicos)
En este viaje el aprendizaje ha sido constante, es así como una amiga me sugirió por medio de Facebook Fácil de digerir. Aquí he reafirmado mis métodos y se que voy por el camino correcto. Llevo casi un año de lucha y por nada del mundo volteo hacia atrás y me dejo vencer, mi familia también ha aprendido a comer mejor, espero unos meses más compartirles que he llegado a mi peso de hace muchos años atrás.
- Any Saenz
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