Revista Coaching

Tomar decisiones

Por Joseluisp

Tomar decisiones

Casi todo lo que aprendemos sobre toma de decisiones en Microeconomía está construido desde la hipótesis del comportamiento racional. Tomar decisiones se presenta como un proceso lógico por el que la persona evalúa diferentes opciones utilizando un criterio basado en la razón. Al final del proceso conseguimos una decisión que es la que consideramos correcta.

En las demás ciencias sociales o polítcas también se plantea la misma secuencia: alguien procesa toda la información a su alcance mediante una lógica que le ayuda a evaluar las diferentes alternativas hasta que se decide por la correcta. Fin del problema.

Las evidencias, sin embargo, nos muestran una realidad muy diferente: por una parte no siempre tomamos las decisiones de una forma racional. Además, y esto es muy desconcertante, a veces tomamos decisiones que van en contra de nuestros objetivos y de nuestros intereses.

Gracias a las neurociencias sabemos que durante la toma de decisiones el cerebro experimenta un conflicto. Un enfrentamiento entre diferentes áreas cerebrales. Así todas nuestras decisiones son el resultado de una serie de desacuerdos internos que acaban en un consenso.

A veces se trata de una conversación entre sistemas emocionales y racionales. En otras ocasiones, este enfrentamiento se produce entre diferentes áreas emocionales mientras que nuestro cerebro racional se limita simplemente a contemplar el proceso. En todos los casos se activan las zona cerebrales correspondientes al pensamiento racional. Pero también entran en funcionamiento aquellas asociadas a los sistemas del dolor, del placer, de las recompensas o las pérdidas. Nuestra mente pasa a convertirse en una discusión prolongada entre diferentes sistemas que compiten por lograr influencia y atención. Como resultado, la marca de cereales que compramos o la persona a la que votamos vendrá determinada por la emoción que experimentamos con más intensidad.

Tomar decisiones bajo presión nos lleva a adoptar elecciones que nos alejan de nuestros objetivos. Nuestra mente, al no poder conciliar posturas enfrentadas, se ve obligada a forzar un acuerdo para terminar el debate desatendiendo aquellas informaciones que son importantes y generando decisiones equivocadas.

Cuidado con la experiencia y la seguridad. En algunas ocasiones nos ayudan a tomar excelentes decisiones de una forma rápida y sencilla. Sin embargo, en otras ocasiones, nuestra experiencia nos lleva a ignorar aquella información que contradice nuestras posiciones. Nos aferramos a ellas desoyendo cualquier dato que nos resulte contradictorio y nos engañamos ignorando las señales que nos dicen que estamos equivocados. Por ello es necesario que cuestionemos nuestros juicios y nuestras creencias aunque los percibamos llenos de seguridad y certeza. Cuando estos dejan de tener validez nos convertimos en prisioneros de nuestras propias ideas.

Entender nuestro cerebro y su funcionamiento nos ayuda a prever e identificar las trampas a las que nos expone nuestra forma de pensar. Puede considerarlo un ejercicio de autoconocimiento, un viaje interior o unas vacaciones con usted mismo. Pero merece la pena.

Notas

Si está interesado en nuestros procesos cerebrales a la hora de tomar decisiones puede consultar Cómo Decidimos, de Jonah Lehrer, está publicado por Paidós.


Volver a la Portada de Logo Paperblog

Dossiers Paperblog

Revista