No hay decisiones buenas o malas en sí, cada una te llevará a caminos distintos. Lo malo del asunto es que una vez decidida tendemos a encontrar y a exagerar los obstáculos que nos encontramos. Como dice una frase de Winston Churchill “Nunca llegarás a tu destino si te detienes a arrojar piedras a cada perro que te ladre”.
Por ejemplo, una chica decide ser bailarina pero cuando se apunta a las clases se da cuenta que tiene que dedicarle mucho tiempo extra y que necesita adquirir bastante disciplina. Si nuestra protagonista minimiza esos obstáculos y mantiene su mente en su objetivo pues seguro que conseguirá ser bailarina. Pero si empieza a pasar los días protestando y preocupándose por todo lo que tiene que hacer, es bien sabido que pronto abandonará su sueño.
Por lo tanto, la fórmula sería la siguiente:
- Decide un sueño, un objetivo realista.
- Cada obstáculo que aparezca valoralo como una tarea a superar para alcanzar tu sueño.
- No le dediques pensamientos negativos, ni protestes por los problemas que se presenten.
- Estudia y aprende todo lo que esté relacionado con tu sueño.
- Dale a la vida valor y buenas sensaciones y la vida te devolverá momentos y experiencias maravillosas.
Puedes empezar por objetivos más pequeños para ir probando y más adelante, cuando notes que ya dominas esta fórmula, te puedes embarcar en grandes sueños.
Si te apetece, comparte tus experiencias.
Feliz semana y ve a por tus sueños!