Estoy de nuevo en Nueva York. Llegué ayer. Y de nuevo puedo decir que este es un lugar privilegiado para ver los problemas en perspectiva. Por ejemplo la crisis española. Desde aquí se ve más pequeña. Porque no se ve tan distinta de las demás que sufren en mayor o menor proporción todos los países. Y porque se ven las oportunidades.
Quizás lo que se ve peor pero a la vez más claro es que los españoles dedicamos mucho tiempo a quejarnos y poco a buscar soluciones. Mucho tiempo a echar las culpas a los demás y poco a admitir las propias y ponernos a corregirlas. Que hablamos de los demás como privilegiados (¡Ah los norteamericanos! ¡Ah los alemanes!) y no nos damos cuenta que los que actuamos como privilegiados somos nosotros. Que yanquis o alemanes trabajan y emprenden como nadie, sin ponerse quejarse. Tratan de que la suerte les pille trabajando. Ahorran. Miran el céntimo. Como los chinos. Y nosotros no.
Así nos va aún. ¿Para cuando cambiaremos? ¿Cuando recuperaremos, por gusto o a la fuerza, esos valores perdidos? ¿Cuando dejaremos de limitarnos a quejarnos de los políticos, del sistema, etc. y aceptaremos lo que hay y nos pondremos manos a la obra…?