Ahora bien y como todo, esta idea es peligrosa si se toma de modo determinista y aquí es donde yo distingo dos maneras de relacionarnos con el pasado bastante peligrosas para el bienestar propio:
- "Soy el producto de mis traumas"
En el lado chungo de este espectro está el "no castigues así al niño, que le va a dar un trauma", "Fulanito actúa así porque de pequeño blablabla"...ojito, señores. Lo primero es desmitificar el trauma: aquello que vivimos: ¿fue de verdad un acontecimiento traumático, o solo una vivencia desagradable, infeliz, desgraciada? Y, por otro lado, ahora que soy adulta ¿la superé o sigo escudándome de ella para justificarme o justificar mis conductas con los demás? La madurez personal implica la capacidad de elegir, de sopesar antes de hacer o no hacer y también de equivocarme y pedir perdon ante el error. No confundamos, por tanto, ser un inconsciente (o un capullín) con ser una persona traumatizada (jajaja).
En el otro extremo está quien vive su pasado con angustia, aunque no se escude en él. El pasado modela, ciertamente, pero la madurez ayuda a sumirlo y seguir caminando. El presente es tuyo, no dejes que pertenezca a fantasmas. De esta reflexión, destaco esta frase de la autora que me ha gustado mucho..."Tener un pasado complicado no tiene porqué ser igual a tener un presente sin futuro".
- "Soy una reproducción de mi educación".
Ojo, a veces no tiene porqué estar referido a algo que me enseñaron en casa y de forma explícita "se escribe con la derecha" sino a algo que aprendí implícitamente porque vivo en sociedad. Muchos prejuicios, falacias y valores nos pesan, nos atan y nos hacen daño porque los asumimos acríticamente. Un ejemplo de esto es el peso de la imagen que llevamos las mujeres a las espaldas...y muchos otros más (la manera de relacionarme con mis hijos, de responder a mis tareas en la casa...); indudablemente, los hombres también cargan el suyo, las personas religiosas, las que tienen un fuerte sentimiento político...ante esto no estoy abogando por una anarquía de valores de ningún tipo. Cuidado. Estoy diciendo que, cuando una es grande, debe haber "tamizado" aquellos valores que de verdad cree necesarios y justos. Aunque no sean, lógicamente, solo los que nos vienen bien, pero que al menos no nos estén jorobando la existencia.
De esta reflexión me quedaría con esta frase: "Aprendamos a vivir el presente sin los condicionantes negativos de nuestro pasado. Hoy es el presente de ayer".
¿Se atreven? El próximo día afrontaremos otro tema.si estamos hablando de pasado y presente, hablemos también de futuro. Y para eso, hay que hablar de toma de decisiones. BESOS!