Revista Educación

Tomárselo en serio

Por Siempreenmedio @Siempreblog
Tomárselo en serio

Soy una persona seria a la que le gusta reírse. Tener sentido del humor es sano, porque llega ese momento en que la vida termina apretándote tanto que parece que no vas a salir nunca del pozo. Ese es el momento exacto para ponerte más serio que nunca. Y eso equivale, precisamente, a procurar soltar alguna burrada, reírte un poco y tirar palante.

¿Paradójico? No lo creo. La cuestión es tomarte la vida en serio. Y eso significa darte todo el goce que necesites y perseguir todo aquello que deseas. Es la gran ventaja que hay detrás de hacer lo que a uno le viene en gana, siempre desde el respeto, pero lo que te da la gana: Consentirte todo.

La mejor manera de cuidarte es, precisamente, creer en ti. Por eso es importante conocerse uno mismo, porque saber lo que demandas en cada momento es la manera más acertada de darte esa fuerza que necesitas para alcanzar aquello que quieres conseguir. Claro que te vas a encontrar obstáculos, nadie dijo que esto fuera fácil, y no los vas a saltar con el apoyo de nadie: Los tendrás que pasar tú solo.

Antes quizás nos educaban más en el espabilarte, en estudiar para lo que valgas y, si no, a currar. Yo me he pegado la vida cayéndome al suelo, pero siempre me he levantado, y es lo que animo a hacer. Perseverar como forma de avanzar. ¿Qué toca ahora? Intentarlo de nuevo.

Lo intentamos.

Aunque quieras retrasar el reloj y volver atrás en el tiempo, hay mil circunstancias que empiezan y terminan. El ayer no regresa y no se puede cambiar. Puedes intentar recuperarlo, pero también es importante dejar ir el pasado para poder enfocar tus energías en nuevas vivencias, al tiempo que aprendes de todo lo anterior.

Lo que si ocurre es que tienes que levantarte solo, en efecto, pero en el camino hay muchas puertas que tocar. Y no solo hay que tocarlas: También hay muchas que se abren solas, y no hay forma más fácil de abrir una puerta que una sonrisa. Siempre hay algo que se activa al sonreír. El sentido del humor del que te hablaba, que derriba muros con más eficacia que las patadas. Para tomarte las cosas en serio durante el camino, ese buen ánimo y ese deseo de ir siempre adelante son los mejores compañeros.

Y ayudar. Qué fácil e importante es ayudar, transmitir un poco de ganas e ilusión a los demás por mucho que tú no hayas tenido apoyos cuando necesitabas que te dieran la mano para continuar. Y cuidar. Será porque a mí me gusta proteger, pero creo que mi único objetivo al ayudar va más allá de satisfacer a los demás: Creo que lo hago para sentirme bien conmigo mismo.

La vida duele mucho, pero hay que saber disfrutarla. Si no lo haces, ese viaje habrá sido nefasto y no has sabido aprovecharlo. Tenemos la obligación de aprovecharlo.

Al final del camino siempre estarás tú.

Un día descubres que el pasado se quedó ahí. Y ahí tiene que estar. Hiciste bien en dejarlo ir. En momentos puntuales vuelve y te acaricia. Es entonces cuando entiendes que el orgullo no conduce a nada, como tampoco la revancha. Solo aportan sufrimiento y sacan lo peor de ti. Te convierten en ignorante. Hay que saber tener templanza, esperar, rehacer un poco las costuras del cuerpo maltratado... Y empezar a dar nuevos pasos para seguir caminando.

(Pero no te olvides de Ucrania).


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