Siendo sincero, tengo que reconocer que no iba con muchas espectativas a ver Tomb Raider. Igual un poco sugestionado por lo que conocimos hace ya quince años de las aventuras de Lara Croft en la gran pantalla de mano de Angelina Jolie, la que por el gran parecido al videojuego encajaba a la perfección en la cinta de Simon West. El problema de entonces, es que no supieron dar con la tecla adecuada, es lo que tenían aquellos primeros años de la nueva década del 2000: que los 90 todavía no habían terminado del todo y lo nuevo aún no estaba muy claro. Pero como se dice, las comparaciones son odiosas. Si bien en el pasado la propuesta era un personaje de acción bastante plano y no muy bien definido, en esta nueva entrega han conseguido una protagonista mucho más fiel al videojuego contemporáneo y con un carácter más cercano al espectador.
La desaparición del padre de Lara hace siete años lleva a todo el mundo a darle por muerto, pero ella se niega a pensar que es así. Una pista dejada por él, revela un misterio que se oculta en una isla.
En esta ocasión, desde el principio de la historia, vemos un cambio muy significativo en todo lo que rodea a la protagonista, ya que se desvincula por completo a la idea que Hollywood nos había dejado. Lejos de sexualizar a Lara Croft, nos deja un personaje mucho más humano, de la calle y con los problemas que puede tener cualquiera. Somos conscientes de que lleva la acción dentro, pero sin ese incómodo susurro de sobra conocido que nos pide que empiece a dar leña. Ese sentimiento de cercanía lo borda Alicia Vikander, que en mi opinión brilla en la pantalla en todo momento, y da vida de verdad Lara Croft. Tiene ese nosequé que te hace pensar que no podía haber sido ninguna otra la que debía llevar a cabo el papel. Incluso tiene momentos de cine clásico de aventuras y en el que, con permiso, me vais a permitir que lo pueda llegar a comparar a una mezcla de la Jungla de Cristal e Indiana Jones. A fin de cuentas el videojuego tenía un poco de ambas también, y eso es lo que me ha hecho sorprenderme en mi butaca, que muestra una fidelidad al producto en el que está basado muy respetuosa, que a fin de cuentas es a lo que queremos que se parezca una adaptación, por absurdo que parezca decirlo en voz alta algunas veces.
Aún con todo, hay que reconocer ciertas lagunas en el guión, en ocasiones la narrativa es algo acelerada y no acaba de contar la historia con la soltura que debiera, creando momentos algo absurdos y sin mucha lógica. Los secundarios funcionan, Walton Goggins (Los odiosos ocho) y Daniel Wu (Warcraft: el origen) cumplen con sus cometidos, aunque nos quedamos con ganas de saber algo más sobre sus propósitos. El que se hunde un poco es Dominic West (The Wire), que parece no haber superado demasiado su etapa en The Affair, además tiene una cara muy rara, del tipo Willem Dafoe.
En definitiva: Tomb Raider es una película que cumple con el cometido único de entretener al público, siendo una película palomitera y con acción. Creo que intentaba mostrarnos un poco más y que se quedó a medio camino. No obstante, es una cinta más que correcta para acudir una tarde al cine y dejarte llevar por la magia de Lara Croft.
Puntuciación: 6/10
Lo mejor: Alicia Vikander y la faceta más realista de Lara Croft.
Lo peor: Los fallos narrativos que en ocasiones cortan el dinamismo.
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