Brad Bird es un auténtico virtuoso del cine de animación, que ya ha logrado cuatro nominaciones a los Oscar, obteniendo sendas estatuillas por “Los Increíbles” y “Ratatouille”, dos joyas de la magnífica productora Pixar que derrochan ingenio, agilidad y brillantez. Pese a estos éxitos, abandonó los dibujos animados para dedicarse a la filmación con imágenes reales, en mi opinión perdiendo por el camino buena parte de su genialidad. Primero se encargó de la cuarta entrega de “Misión imposible” (cinta habilidosa aunque reiterativa dentro de una saga que comienza a resultar cansina) y ahora presenta “Tomorrowland”. Ambos largometrajes, aunque rodados con impecable precisión técnica, carecen de ese elemento invisible que genera la transmisión de magia a los espectadores y que los convierte en obras maestras. En esta ocasión, ha destinado su proyecto a entretener y a proporcionar aventuras y diversión. Logra ambos objetivos, pero tan solo a ratos y no siempre con el mismo nivel de calidad. Da la impresión de que pretende homenajear un género de aventuras propio de épocas pasadas (cierto toque infantil, una acción desenfrenada, grandes dosis de fantasía e innegable corrección formal), cuando las familias acudían en bloque a las salas de proyección. Sin embargo, esa opción ya no se da en la actualidad y el hipotético público al que va dirigido este film es bastante más difuso, entre otras razones porque su trama es excesivamente fantasiosa e ingenua para jóvenes y adultos y demasiado elaborada para niños. Muchas de sus secuencias me recordaron a cintas como “Jumanji”, cuya historia no encajaba en absoluto con los indudables méritos de sus efectos especiales y que, más que acción, provocaba precipitación y ansiedad por filmar el “más difícil todavía”. Volviendo a “Tomorrowland”, la parte en la que los protagonistas huyen en una bañera convertida en improvisada nave que aterriza en un lago, me produce un cúmulo de sensaciones encontradas. De un lado, el reconocimiento de un impecable plasmación en pantalla de tan desbordante imaginación. Pero, de otro, un moderado rechazo ante la forma pueril de abordar el relato. Ese desequilibrio entre las virtudes técnicas y las deficiencias de guion queda puesto plenamente de manifiesto. Y es que, tal y como se afirmaba en “The International: dinero en la sombra”, "la diferencia entre ficción y realidad es que la ficción ha de tener lógica" y, en este caso, no se ha cuidado este aspecto suficientemente, centrándose los esfuerzos en conseguir unas imágenes impresionantes en detrimento de una elaboración más sólida del libreto y de los diálogos. Una avispada y curiosa adolescente, llena de ansias científicas, y un antiguo niño prodigio inventor lastrado por las desilusiones, se embarcan en una peligrosa misión para descubrir los secretos de un enigmático lugar llamado “Tomorrowland”, que, perdido en algún lugar del tiempo y del espacio, esconde demasiados misterios.El excelente actor y cineasta George Clooney, ganador de dos Oscar de un total de ocho nominaciones, da vida a un personaje que no está a la altura de su filmografía. Le acompañan Hugh Laurie, el popular Doctor House televisivo, y la joven Britt Robertson, todavía en cartelera con el reciente estreno de “El viaje más largo”.
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Datos del filmPelícula: Tomorrowland: El mundo del mañana.
Dirección: Brad Bird.
País: USA. Año: 2015. Género: Ciencia-ficción.
Reparto: George Clooney (Frank Walker), Hugh Laurie (David Nix), Britt Robertson (Casey Newton), Raffey Cassidy (Athena).
Guion: Damon Lindelof y Brad Bird.