Revista Cultura y Ocio

Toni hill, el verano de los juguetes muertos en semana negra de gijón.

Publicado el 04 agosto 2011 por Carmen

TONI HILL, EL VERANO DE LOS JUGUETES MUERTOS EN SEMANA NEGRA DE GIJÓN.
En una ciudad tomada por la hipocresía, un policía solitario persevera en la búsqueda de la verdad
En esta magnífica opera prima, Toni Hill nos ofrece una mirada sorprendente a la Barcelona que no sale en las guías turísticas
Carmen Moreno:El verano de los juguetes muertos es tu primera novela y la estrenas en la Semana Negra de Gijón. ¿Qué sensaciones estás teniendo?Toni Hill: Abrumamiento no existe, pero sería algo así. Muy sorprendido y muy acelerado todo. Mi vida literaria ha entrado en un proceso de aceleración constante que ahora supongo que se parará un poco.C.M.: ¿Fue mucha la sorpresa cuando te llaman de Semana Negra?T.H.: La novela se cerró la primera semana de mayo y la gente de prensa comenzó a moverla. Al principio veníamos un día en mitad de la semana para hacer una presentación y ya. Luego ya llegó la invitación para participar en la Casa de América en el acto de inauguración, a viajar en el “tren negro”... Todo fue cambiando de un día a otro y me hizo mucha ilusión porque estás escribiendo novela de género y no hay tantos festivales, por no decir ninguno que promuevan este tipo de literatura... te hace ilusión.TONI HILL, EL VERANO DE LOS JUGUETES MUERTOS EN SEMANA NEGRA DE GIJÓN.
C.M.: Tú eres traductor, ¿estabas ya en contacto profesional con la novela negra, eras solo lector?T.H.: Siempre he sido seguidor del género, he leído a Agatha Christie desde pequeño. Como traductor no he tenido tanto contacto con la novela policíaca, sí que traduje una novela que, de paso, recomiendo y que se llama La isla de los cazadores de pájaros, del escocés Peter May. También traduje, y me lo pasé muy bien, el primer Dexter, El oscuro pasajero. Luego ya no pude seguir porque traduzco básicamente para un sello que es muy grande y esta traducción era para otro. A veces no hay manera de colar otras cosas.C.M.: ¿Qué esperas con El verano de los juguetes muertos? ¿Crees que Semana Negra va a ser un espaldarazo para ella?T.H.: No lo sé, pero yo lo que quería conseguir en Semana Negra es que gente aficionada a este género se enterara de que existía la novela. Lo que me hace ilusión es que gente de otros países puedan leerla. La novela está funcionando bien en España y se ha vendido bien al extranjero antes de que saliera incluso. Ya te digo, todo es una especie de montaña rusa.C.M.: ¿Ya estás pensando en la segunda novela?T.H.: Sí. Por imperativo editorial (risas). De hecho, la novela tiene un protagonista que fue creado con miedo de que no gustara, pero con la idea de que pudiera seguir. Es decir, crear un personaje que me interesara lo suficiente y que tuviera suficiente carisma para poder hacer, al menos, otra novela. Los cuatro investigadores se van a mantener, hay un caso complejísimo por resolver y creo que les faltaba espacio en una sola novela para conocerles, así que, en principio, hay continuación. Lo que no sé es cuándo estará. La primera fueron seis meses de pensarla y planearla y otros seis para escribirla. Al final mis mañanas empezaban a las cuatro de la madrugada.C.M.: No puedo dejar de preguntarte qué te ha parecido todo lo que ha envuelto este año a la Semana Negra, cuál ha sido tu sentimiento.T.H.: Me parece una estupidez. Creo que las cosas se pueden modular, pero, dicho esto, lo que está claro es que lo que aquí hay es un evento que lleva veinticuatro años que funciona y que sería absurdo que por criterios que nadan tiene que ver con lo literario o lo social, ni con nada, esto desapareciera. Me parece vergonzoso, incluso desde un punto de vista económico. Se ha montado esto, se ha hecho crecer y ahora que ya tienes el árbol y da frutos, ¿cortas el árbol? No tiene ningún sentido. A lo mejor la gente viene solo a la noria, sí, pero una vez que están aquí se paran a mirar los libros, compran libros. Si quieren oírnos pueden hacerlo y si no quieren, que no lo hagan. Lo que está claro es que durante diez días Gijón se abre a una serie de gente que de otra forma no vendrían, que te pueden parecer más o menos interesantes, pero que, en cualquier caso, vienen, tienen la posibilidad de exponer su obra, Gijón tiene la posibilidad de conocer cosas nuevas, y el éxito es innegable. ¿Por qué no suben estos que quieren cerrarla e intentan cenar, o merendar, pasear por aquí? Salvo que sean razones muy personales no hay una explicación lógica.
El verano de los juguetes muertos es su primera novela, cuyos derechos de traducción ya han sido adquiridos en Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Holanda, Finlandia, Dinamarca, Polonia, Grecia, China y Estados Unidos.

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