Por David Quiroz
DeMarcus Ware causó mucho furor cuando le mandó a decir a Romo “…te pagan ese dinero porque te lo mereces… Pero es momento de demostrarlo en el campo o callarse…” Palabras más, palabras menos, la extensión de contrato de Tony Romo, por 108 millones de dólares, causó que su gran cantidad de detractores saliera de nuevo a atacar.
Tony Romo es ese jugador al que se le juzga por cualquier error, y al que no se le da la oportunidad de defenderse. Todos le recuerdan por aquella fatídica jugada en el juego de Comodín ante los Seattle Seahawks. Y sí, ni cómo defender ese error. Pero nadie, jamás, menciona que no hay ningún QB titular haciendo ese trabajo en la NFL. Por algo será.
Todos los detractores dicen que Tony Romo no es un QB ganador. Eso, si consideras que tener un récord de 55-38 te hace perdedor. Y si además le agregas que tanto Peyton Manning como Drew Brees tenían un récord muy similar, incluso menor en victorias, a la misma altura de sus carreras, entonces sí, Romo no es un QB ganador.
Romo fue descartado de los 100 mejores jugadores de la temporada pasada en la NFL. Dicen que no es un tipo que juegue mejor en los momentos importantes. Como si ser el mejor jugador en activo en Rating en cuartos períodos, arriba de Brady, Brees, Eli y Peyton no contara para nada.
A la gente le gusta hablar, mal, de Tony Romo. Simplemente le odian. También, muchos analistas y fanáticos creen que no vale los 108 millones que los Dallas Cowboys están dispuestos a pagarle. Tan simple como que es más importante repetir una y otra vez los errores de Romo en todos los programas de televisión. Pero nadie habla nada de la temporada de más de 4,900 yardas y los partidos que su brazo ayudó a definir a favor de los Cowboys. Eso no vende.
Vende más decir en los programas de análisis y en las pláticas con los amigos, que Tony Romo tiene un paupérrimo récord de 1-3 en Playoffs, lo cual demuestra su inferioridad, lo cual evidencia que no es un buen QB. Pero nadie habla, en esas mismas pláticas, que tanto Drew Brees como Peyton Manning tenían el mismo récord en postemporada en la misma etapa de sus carreras. Pero nadie señala ni critica a Matt Ryan, 1-4 en playoffs, con la misma ferocidad que hacen con Tony Romo.
Y aquí viene una de las frases favoritas de los críticos de Romo cuando les hablas de todos los datos que he estado mencionando: el fútbol americano es un juego de equipo. Claro, cuando se trata de despedazarlo, se puede hablar individualmente de Romo. No vale que su EQUIPO tenga una de las peores líneas ofensivas y ataques terrestres de la NFL. No vale que las últimas temporadas, la defensa se encuentre dentro de las 9 peores en puntos recibidos. No, #TodoEsCulpaDeTonyRomo.
Ninguno de sus críticos habla de juego de equipo entonces. Hablan de Romo como individuo. Y luego, cuando les mencionas que su Rating de 95.6 es el quinto mejor de todos los tiempos en la NFL, y que sus 7.9 yardas por intento son la sexta mejor marca de la NFL en todos los tiempos, te dicen: es un juego de equipo. ¿Ven la incongruencia?
Tony Romo es simplemente malo, dicen. Ningún número, marca de franquicia, ni actuación los hacen cambiar de parecer. Sólo es un mal QB. Claro, quienes seguimos de cerca a los Cowboys sabemos que eso dista de ser cierto. Quienes vimos una pésima mitad de campaña de Jason Witten y Dez Bryant el año pasado, quienes vimos a Miles Austin siendo muy irregular en los juegos, quienes vimos a DeMarco Murray más tiempo en la lista de lesionados que en el emparrillado, quienes vimos que en los últimos 4 años se han hecho 3 cambios de coordinador defensivo, sabemos que es por Tony Romo que se ha llegado al último partido de temporada regular con alguna esperanza de calificar a Playoffs.
¿Cuál es la razón principal por la que gente odia a Romo? Me atrevo a señalar que esa razón es simple: porque no es nada malo. De hecho, es un gran QB. Y lo saben. Además, juega para los Cowboys, el equipo más odiado de la NFL.
La única comparación que se hace con Romo es viéndolo frente a Eli Manning. Dos anillos. Romo sucumbe ante la presión en los momentos importantes. Claro, como si todos los QB’s de la NFL tuvieran la misma presión que tuvo Romo en las campañas recientes.
Aquí no importa que, junto a Ben Roethlisberger, sea el QB con mejor movilidad y al que es más difícil capturar, incluso con esas líneas ofensivas de plástico. Aquí no importa que la temporada pasada Romo tuviera 4 series ofensivas que ganaron un juego, y que los Cowboys ganasen sus 8 partidos viniendo de atrás, con Romo en los controles.
Claro, todos recordarán cómo Romo fue engañado por Rob Jackson en esa intercepción de último cuarto ante los Redskins. No hay cómo defenderlo, se equivocó. Los Redskins cargaron toda la noche por ese lado, así que mandaron una finta de carga para echarse para atrás en la cobertura, engañaron a Romo y el resto todos lo sabemos.
Resulta obvio que los críticos crucifiquen a Romo por ese garrafal error. Claro, no consideran que Romo tuvo apenas unas centésimas de segundo para tomar esa decisión. Claro, no hacen el mismo juicio cuando Peyton Manning se echó para atrás, roló a su derecha y tuvo todo el tiempo para pensar la jugada antes de lanzar el balón a la cobertura y ser interceptado en el juego Divisional ante los Baltimore Ravens. Una decisión peor que dejó a su equipo eliminado.
Hasta los mejores de todos los tiempos cometen errores. Por eso la posición de QB es la más difícil de practicar. Aquí la injusticia es que a unos se les hace más responsables por las derrotas, y menos importantes en las victorias.
Al final, está iniciando una nueva temporada, los Cowboys hicieron algunos ajustes que pueden dar el soporte necesario a Tony Romo, aunque los críticos siempre estarán ahí, aguardando el momento preciso para atacar. Veremos si, al final, Tony Romo es capaz de superarse a sí mismo. Veremos si Romo puede ser considerado un QB de élite.
Tony Romo es mi Pastor, nada me faltará…