Top 4: Misterios paranormales

El lago Bodom

El famoso lago Bodom, localizado en Finlandia a las afueras de la ciudad de Espoo, es conocido por los casos de asesinatos que ocurrieron la noche del 4 de junio de 1960 y entre muchos casos más que sucedieron años más tarde.

Esa noche del 4 de junio, donde los entusiastas campistas se disponían ha pasar una noche de aventura e historias pero la tragedia los encontró y sus muertes pasaron a la historia. Era un grupo de cuatro jóvenes donde se encontraban dos chicos de 18 años, identificados como Nils Gustafsson y Seppo Boisman y dos chicas de 15 años identificadas como Tuulikki Mäki e Irmeli Björklund.

Entre las 4:00 – 6:00 de la madrugada del 5 de junio, las adolescentes de 15 años Irmeli y Tuulikki, y el joven de 18 años, Seppo, fueron apuñalados brutalmente hasta la muerte, todo sucedió mientras dormían en una tienda a orillas del lago. El cuarto de dichos jóvenes llamado Nils fue el único sobreviviente de esta horrible tragedia, pero no estaba bien del todo, puesto a que fue encontrado por las autoridades policiales fuera de las tiendas gravemente herido. Años más tarde, el 4 de junio de 2004, Nils fue acusado de haber asesinado a sus amigos, pero un año más tarde se dio a conocer que Gustafsson era inocente, por el cual 7 de octubre del 2005 fue liberado puesto a que el juzgado le habría exculpado todos los cargos en contra de él.

La policía no encerró el sitio ni reportó los detalles de la escena del crimen, algo que llegó a considerarse como un grave error. A causa de eso, muchos oficiales y otra gente deshicieron la escena y dañaron toda clase de pruebas restantes en el lugar de los sucesos. El error fue a casos peores cuando decidieron contactar soldados finlandeses para ayudar con la búsqueda de objetos perdidos alrededor del lago, varios de los cuales nunca se encontraron.

Hasta el día de hoy, la identidad del asesino del lago Bodom aún está por descubrir.

Jack O’ Latern

Quizás las calabazas de Halloween sean los símbolos más reconocidos de esa noche tan especial. Pero, ¿de dónde vienen estas calabazas? ¿Cuál es su origen?
Uno de los personajes más populares de Halloween, es Jack O’ Lantern. Este personaje surge de una tradición irlandesa. Antiguamente en Irlanda, se vaciaban patatas enormes, colinabos y nabos (las calabazas actuales en Irlanda no se encontraban). Con ellas se formaban terroríficas cabezas que eran iluminadas con velas y que se utilizaban como faros en la noche de los muertos.
A mediados del siglo XVIII, los emigrantes irlandeses empiezan a llegar a América del Norte.
En un primer momento la fiesta sufre una fuerte represión por parte de las autoridades de Nueva Inglaterra, de arraigada tradición luterana.
Pero a finales del siglo XIX, los Estados Unidos reciben una nueva oleada de inmigrantes de origen céltico.

La fiesta irlandesa entonces, se mezcla con otras creencias indias. En esta secuela colonial, nace Halloween que incluye entre sus tradiciones, la conocida leyenda de Jack el irlandés. Sólo quedaba bautizar a la calabaza como «El candil de Jack», es decir, «Jack el que vive en la lámpara» o, como se conoce actualmente, Jack O’ Lantern.

La leyenda tiene su origen en un irlandés taciturno y pendenciero llamado Jack, quien una noche de 31 de Octubre se tropezó con el diablo en una taberna. Hábilmente, Jack lo engañó para que tomasen primero una cerveza, antes de ir al infierno. Para pagar su cerveza, el Diablo tuvo que transformarse en una moneda de seis peniques. Jack la cogió, la metió en su bolsa, cerró con la cerradura en forma de cruz que poseía la bolsa e impidió así que el Diablo saliera. Finalmente, Jack decidió liberar al Diablo, pero con una única condición el cual fue que le dejase un año más antes de partir. Doce meses más tarde, el Diablo volvió, pero Jack se la volvió a jugar. Cuando Jack murió, el cielo le cerró las puertas y el Infierno también, a causa de sus farsas y engaños. Jack se quedó sin otra opción que vagar por el mundo como un alma en pena. Desesperado, negoció con el Diablo que le diera carbón ardiente, para alumbrar su camino en la oscuridad. Jack puso este carbón en un nabo. Y así dice la historia que fue condenado a vagar con su faro hasta el Día del juicio final. Desde entonces comenzó a extenderse la leyenda negra de Jack O’ Lantern y a emplearse las calabazas convertidas en el tenebroso candil de este siniestro personaje.

La barca de los muertos

En varias creencias del mundo, se dice que la muerte lleva las almas de los muertos en una barca. A ésta se le conoce con el nombre de «la barca de los muertos». Esta leyenda data de la noche de los tiempos, y toma raíz de las creencias que dicen que el alma de un muerto no puede llegar al otro mundo sin puente ni barca.

Según la leyenda, esta barca debe ir de playa en playa y de isla en isla, hasta el final de los tiempos, en busca de los cuerpos de los marineros para devolverlos a la tierra que los vio nacer. La leyenda dice que una especie de diablillos fuerzan a los viajeros a entrar en una barca negra, donde se convierten en fantasmas. Cuando la barca está llena, ésta parte con rapidez a una isla desconocida.

Hay creencias que aseguran que esta barca lleva principalmente las almas de los muertos ahogados en el mar. Y que los lleva a islas desconocidas para el hombre, que nunca nadie ha visto, pero que sí existen. Además, las tardes de verano, cuando el viento se calla y el mar está en calma, se puede oír los gemidos de los muertos y el golpe de los remos contra el agua, así como ver brumas y sombras desplazarse sobre las aguas sin que haya nada que las proyecte. Pero cuidado, porque si alguien intenta seguir en la mar a la barca que lleva las almas de los muertos, estará condenado a seguirla hasta el final de los tiempos.

La maldición de Great Eastern

Fue un transatlántico propulsado por vapor y velas con casco de hierro diseñado por Isambard Kingdom Brunel y construido por los astilleros J. Scott Russell & Co de Millwall. Fue el barco más grande jamás construido en el momento de su botadura en 1858, teniendo capacidad para transportar a 4.000 pasajeros alrededor del mundo sin reabastecerse

El barco «Great Eastern» fue sin duda una de los buques más grandes que nunca navegaron sobre los siete mares. Pero así mismo fue uno de los más marcados por la fatalidad. Su maldición comenzó incluso antes de su botadura bajo debido al fantasma de uno de los obreros que había trabajado en su construcción y que murió en él.

Pero el Great Eastern de Brunel dejaba muy atrás a todo lo que se había construido hasta la época, con un calado estimado de 100.000 toneladas. Diez calderas enormes alimentadas por 115 hornos activaban dos ruedas de álabes de 10 metros y un propulsor de ayuda de 7 metros. Pero desafortunadamente el barco estaba maldito.

En el momento de la comida el día de su botadura, Brunel invitó a todos los obreros que habían participado en su construcción pero faltaba uno: un carpintero que había trabajado en la separación doble de la cala.Como ya hemos dicho, desde el principio el barco no ofrecía buenos presagios.  La botadura y el lanzamiento del buque no siguieron el guión previsto inicialmente: el volumen y el peso del buque hicieron que el mecanismo de lanzamiento se bloqueara. Poco después de su botadura la compañía de navegación de Brunel quebró e incluso el mismo Brunel falleció en extrañas circunstancias. El día de su muerte, el capitán del barco se había quejado al jefe de los mecánicos de haber sido despertado por «golpes que vienen de abajo».

Y las desgracias seguían sucediéndose: una de las chimeneas de Great Eastern explotó, matando a seis personas y destruyendo el gran salón. Tras este incidente todo pareció calmarse pero, durante el transcurso de la cuarta travesía del Atlántico, un viento de través torció una de las ruedas de álabes y proyectó los botes salvavidas a la borda. Y lo más extraño de todo: Mucha gente e quejaba de unos ruidos y golpeteos que se oían en el barco.

El Great Eastern pudo completar la travesía, pero este sería su último viaje. Sus últimos propietarios tuvieron dificultad hasta para librarse de su chatarra. En 1885, mientras que se acababa de desmontarlo, los soldadores hicieron un extraño hallazgo:detrás de una alfombra que envolvía unas enmohecidas herramientas, descubrieron el cuerpo del carpintero desaparecido, encajado entre ambas separaciones metálicas del casco del Great Eastern.