Revista Cine
Top 5 de peliculas desmitificadoras del "american way of life"
Publicado el 10 octubre 2009 por CrowleySiguiendo al hilo de la reseña anterior, me he decidido a realizar un "Top 5" sobre films que se dediquen a acabar con ese mal sueño del pueblo Norteamericano denominado "American Way of life", donde todo es como en las teleseries de los años 50, todos los vecinos se llevan bien y se juntan para barbacoas amigables, los matrimonios son fieles y respetuosos y los hijos obedientes, serviles y nunca llegan a casa más tarde de las doce, los jefes son amables con sus leales empleados, el mecánico siempre nos recibe con una sonrisa amable, el honor de la nación está en la mente de todos, el camarero sabe nuestro nombre y cómo nos gusta el café... ¡Mentira!. Su sociedad es tan degenerada y está tan podrida como cualquier otra, y sus vidas no son más que una gran mentira que han tejido alrededor de la pantalla de sus televisiones y su cultura del miedo.
Lo cierto es que se han quedado fuera algunas fundamentales (y cada vez hay más, ya que muchos cineastas modernos plasman con mayor asuididad su desencanto en al gran pantalla), pero como yo mismo me he autoimpuesto que sean tan solo 5 desde el comienzo de este blog, pues ahí va mi personal lista (por orden cronológico):
Happiness de Tod Solondz (1998)
Ver el post anterior para más información.
American Beauty de Sam Mendes (1999).
Esta fue la película que abrió la Caja de Pandora (no la primera pero sí la más exitosa) y nos mostró que algo huele a podrido en Norteaméria (y no en Dinamarca). Un ejercicio bello e hipnótico de tragicomedia sobre la clase media estadounidense, sus complejos ocultos y sus aspiraciones inalcanzables, que encumbró a su director a lo más alto (gracias en gran medida a un inmejorable Kevin Spacey) y que es su mejor trabajo hasta la fecha. Mendes se encarga de hacer tambalear ácidamente los pilares sobre los que los protagonistas (la gente en general) sostiene su vida y sus ideales a través de esta cruel sátira de miedo, inseguridades y soledad en un típico barrio cualquiera (barrio en el que bien podría haberse desarrollado la estupenda e hipnótica "Terciopelo Azul")
Elephant de Gus Van Sant (2003).
Una inteligente a la par que brillante reconstrucción de la famosa matanza de Columbine, de la mano de uno de los directores más interesantes y sugerentes de los últimos tiempos. Una historia fría en formato (casi)documental que se erige en un experimento fílmico seco y sin concesiones para un espectador que no puede sino rendirse ante la belleza de la barbarie que se está gestando delante de él y que tendrá como brazo ejecutor a una sociedad de jovenes apáticos, faltos de emociones y atrapados en la rutina.
Capturing the Friedmans de Andrew Jarecki (2003).
Contundente documental que gira en torno a una pregunta: ¿acaso importa la verdad?, y sobre todo, ¿qué verdad?. Un testimonio auotobiográfico (la mayoría del metraje pertence a la propia familia sobre la que trata la película) en el que la intimidad deja de serlo y se convierte en un espectáculo público en el que mostrar las discusiones, secretos, ilusiones y pesadillas de una familia cualquiera y su lento y tormentoso camino hacia la destrucción como conjunto familiar supuestamente normal sobre el que vuela la sombra de la duda de la culpabilidad o no en casos de pederastia encubierta. Autosugestión, manipulación de los términos de la verdad y justicia ciega se dan cita en este documental de obligada visión.
Jesus Camp, de Heidi Ewing y Rachel Grady (2006).
Jesús ha vuelto a renacer, y lo ha hecho en Estados Unidos. Miedo y pavor le entra a uno en el cuerpo cuando ve el futuro de ese país y a los (hoy jóvenes, mañána adultos) que gobernarán y dirigirán ese país el día de mañana. A un margen queda que uno sea o no creyente, lo que aquí se analiza es la manera en la que se le puede lavar el cerebro a unos niños con fines político-religiosos (si es que la religión es capaz de vivir alejada de la política, que yo lo dudo). Un documental que te llena de horror (inolvidable la escena de ese niño que llora como un descosido porque dice no ver a Jesús cuando todos sus compañeros aseguran sí hacerlo). Una hipocresía más al descubierto de la abominable administración Bush (que se queja de los fundamentalistas islámicos y crea aquí a los suyos propios) que predica amor y solo engendra violencia. Puro cine de terror.
Nos leemos en unos días, queridos discípulos, que me marcho a un pueblecito encantador del que me han hablado en el que los árboles son rosas, la gente es amigable, nunca llueve y los alfeizares de las ventanas están llenos de tartas de manzana enfriándose...