Este verano he hecho topes para algunas puertas de mi casa. He ido a lo fácil, rápido y resultón. Con restos de telas he hecho bolsas con cierre taleguilla, cada una de un tamaño, pues los retales no eran todos iguales. Pero en todas caben un kilo de arroz, que es el peso que les he puesto. ¡Se acabaron los portazos de infarto!!!
Para el baño he elegido una tela de sirenas y ballenas.
Para la cocina una tela a pedir de boca, por supuesto.
Para la biblioteca un plano de París. ¿No dicen que leer es viajar?
Y para mi cuarto de costura, gotas, muchas gotas.
Me quedan algunas puertas más, pero éstos ya han cumplido su cometido este verano.
Muchas gracias por vuestra compañía.