A veces, la descripción de un lugar es añadida para implicar una enseñanza o suministrar información, como en Jn. 6:10, «y había mucha hierba en aquel lugar», y en Hch. 8:26, «Es un desierto», para dar a entender que, para un fiel siervo del Señor, poco importaba si tenía que ejercer su ministerio en una populosa ciudad (v. 5), dando gozo a las muchedumbres (v. 8), o en un desierto para evangelizar a una sola persona (v. 26). V. también Is. 65:17–25; Jl. 2:3; Lc. 16:24–26; Jn. 11:18.

