Toreros. Hoy hace 16 años. 15 de agosto de 2205

Toreros. Hoy hace 16 años.

Las corridas de toros caracterizan cada vez menos el espíritu español heredado del franquismo, para el que amar la fiesta, como entusiasmarse con Lola Flores, era una obligación patriótica.
Como espectáculo, y desde Carlos IV, los toros siempre fueron más para señoritos que para proletarios. Los matadores eran pobres. Tenían que ganarse la pitanza exponiendo su vida, porque más cornás da el hambre, que decía el Cordobés, parafraseando a Manuel García Cuesta, El Espartero, su autor original, que la creó en 1892, dos años antes de que lo matara un toro en Madrid.
Los nacionalistas catalanes han emprendido una batalla contra los toros al considerarlos españoles, no de su tierra. Afirman que están consiguiendo erradicar la fiesta. Y aparentemente es cierto, porque se ve la Monumental de la taurina Barcelona casi vacía en los festejos que antes llenaban esa histórica plaza.
Pero no es su triunfo. Los toros están en decadencia en casi toda España porque los toreros ya no pasan hambre, se juegan poco la vida y se dedican más a aparecer en las revistas del corazón que en las plazas.
Ya hay toreros aristócratas, muy finos y pintureros, pero que no se colocan ante la bestia más que para lucir figura.
Hace falta mucha hambre para torear. El torero bien comido, aburre. Por eso, cada día su oficio tiene menos fieles.
Hay zonas de España, como Canarias, donde no hay toros. En Galicia, promotores y empresarios regalan entradas a las plazas, y aún así siguen semivacías.
Elemento para un análisis del carácter tópicamente español: en Euskadi hay pasión por la torería, y el nacionalismo es embrión de matadores.
Ezquerra Republicana de Catalunya afirma que ya expulsó los toros de su territorio. Una falsedad: la fiesta muere porque además de no haber hambre, los belicosos ingleses han impuesto el fútbol en todo el país, igual que su bandera en Gibraltar.