Revista Opinión

Tormenta Perfecta

Publicado el 21 enero 2020 por Carlosgu82

A la orilla del mar, las olas rompían con infinita furia
soplaban vientos, la espuma chorreaba con rabia absoluta,
Aun así, las aves se esforzaban por mantener un ritmo,
corriendo alegremente sobre piernas delgadas.

Gaviotas, poniendo a prueba una y mil veces sus habilidades para descender,
agrupadas a la derecha de la bahía como soldados de tropa,
Haciendo retumbar en el aire rabiosos gritos de batalla;
Unos descarnados gritos nativos, con un sabor parecido a la ira.

Luego, un grupo de nubes de tormenta se acercó a toda velocidad
se precipitó como una pandilla de corceles totalmente rábidos;

Los cielos se tiñeron de pronto del más violento tono  carmín,

No había más.  Los corazones oscuros estaban marcando el paso,
sacudiéndose a cada instante esa sensación de inmovilidad.

Luego los dioses de la guerra comenzaron a sonar sus tambores llenos de odio,

Aniquilando distantes anhelos de una existencia pacífica,
Thor golpeó su poderoso martillo con toda la fuerza de su divina existencia:
Los destellos anaranjados de dejaron ver por todo el mundo ¡Signos de guerra!

Mucha gente, en perfecto estado de alerta,
dejaron sus hogares y pueblos natales convertidos en desiertos.
Todo lo que queda fue  reducido de golpe  a cenizas y carbón,
desde el día en que esa tormenta se encontró con las paredes

Y revolvió las vidas de todos ellos para siempre…

En silencio, una lágrima proveniente desde lo más alto, mojó la árida tierra.

Lentamente, las nubes parecieron comenzar a disiparse, pero eso no duró mucho.

La espesa neblina cubría al mundo casi por completo, dejando poco espacio para respirar.

Lejos de las ciudades desiertas, temblorosos corazones siguieron orando.

Tal vez, en lo más alto, un día alguien lograría escuchar sus súplicas.

Aunque muchos los tacharan de locos, ¿qué importa eso?

Al final del más largo día, la esperanza es lo último que se pierde.


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