Revista Viajes

Toronto, un regreso muy esperado

Por Verónica Marmolejo
Nathan Philip Square
Una fría tarde de enero (2016) llegamos mi hija y yo a Toronto, en la Provincia de Ontario, para pasar los últimos días de nuestra Aventura congelada por Canadá
Toronto tiene gran movimiento, su centro está lleno de edificios y mucha gente que camina siempre de un lado para el otro, pero aún así no es la típica metrópolis ruidosa y contaminada, por el contrario guarda un aire de relativa calma, vida cultural, entretenimiento, buena comida y rincones por descubrir.
A Toronto fui por primera vez hace algunos años y aunque regresé en 2013, siempre me falta tiempo para ver algo más de tanto que puede ofrecer al visitante.

En esa ocasión fui por primera vez con mi hija y al regresar ella lamentó no haber podido ir a tal o cual lugar, así que seguramente regresaremos quizá en uno o dos años más, porque ahora toca ver esa hermosa ciudad en verano, ya que siempre me ha tocado visitarla con algo o mucho frío.
Nuestro hospedaje fue con excelente servicio y ubicación, el Chelsea Hotel; y durante 5 días pudimos visitar el ROM (Royal Ontario Museum), hacer shopping, pasear por la Universidad de Toronto, ir a Casa Loma y vivir su emocionante experiencia llamada “King of the Bootleggers”, recorrer Distillery District, hacer el tour de Graffiti and Art in Public Places, tener una experiencia teatral de primera en The Royal Alexandra Theatre con el musical Kinky Boots, visitar la CN Tower, Nathan Philip Square y descubrir que Toronto tiene uno de los mejores acuarios que he visto en mi vida, el Ripleys Aquarium of Canada
También fuimos un día a las Cataratas del Niágara, visitamos Niagara-on-the-Lake y cominos delicioso en Peller Estates Winery, donde compré Ice Wine luego de tener una grata degustación de este delicioso vino en un bar de hielo.
Toronto es una ciudad tan moderna y grande, que eso hace que siempre tenga nuevos sitios para visitar, por descubrir o por redescubrir. Su oferta de entretenimiento es vasta y ni qué decir de sus propuestas gastronómicas, ahí se puede encontrar comida de todos los estilos que te puedas imaginar, porque esa es la ciudad más cosmopolita de Canadá, y eso lo puedes comprobar con un breve paseo por sus calles, porque te darás cuenta que al recorrer unas pocas cuadras escucharás varios idiomas y te toparás con gente de diversas nacionalidades; los restaurantes y tiendas también son una buena muestra de ello.
Así las cosas, su grandeza en dimensiones y opciones de entretenimiento, su belleza, la facilidad que hay para arribar a Toronto desde México, pues hay vuelos directos desde la Ciudad de México; la amabilidad de su gente y sus servicios para los visitantes, hacen de Toronto una parada obligada en un viaje al lado Este de Canadá.
En los siguientes días les estaré contando a detalle todo lo que vimos e hicimos en Toronto y Cataratas del Niágara, y seguramente se antojarán de visitar la Provincia de Ontario.

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