Revista Cultura y Ocio

Toros contra ingleses

Por Viriato
En 1655 una flota de 38 navíos y 3000 soldados ingleses tenían como misión atacar la ciudad de Santo Domingo (actual República Dominicana) para lograr conquistar la isla de La Española y establecer una colonia inglesa en pleno Caribe que diera facilidad a continuar la expansión desde ella.

Toros contra ingleses

Mapa (Geacron.com) del Caribe en 1655,
aún con Jamaica en poder español.

Pero los españoles mostraron la resistencia suficiente para rechazar sus ataques. Los ingleses lo intentaron nuevamente días más tarde pero la lejanía de la ciudad de la costa no hacía muy útil la artillería de a bordo y, finalmente, se retiraron.
Pero para no llegar a Inglaterra con las manos vacías fijaron un nuevo objetivo en la isla española de Santiago, que no era otra que la actual Jamaica, antes de que los ingleses le cambiaran el nombre. La isla cayó en manos inglesas tras la poca resistencia que la escasa población pudo ofrecer.
Pero no fue la primera vez que los británicos intentaban hacerse con Jamaica. En 1600 sucedió una extraña batalla. Una flota inglesa comandada por Christopher Newport (formado por el corsario Francis Drake) se dirigió hasta la ciudad Nuestra Villa de la Santísima Señora de la Vega (actual Spanish Town, capital de Jamaica hasta el siglo XIX).
La ciudad estaba defendida por dos centenares de españoles, que se enfrentaban a 1500 ingleses. Estos últimos, seguros de su victoria (al igual que en Cartagena de Indias), enviaron a un emisario con bandera blanca que se presentó en la playa con un mensaje/amenaza para los defensores. Debían rendir la plaza o los matarían a todos.
Los españoles se aprovecharon del regular español del mensajero para "hacerse los locos", retrasar el ataque y seguir preparando las defensas de la ciudad.
Los ingleses se percataron de la estrategia española y desembarcaron decididos a tomar la ciudad, pero se toparon con un enorme alboroto. Una estampida de toros y vacas con los cuernos ardiendo, que mantenían escondidos en trincheras, dirigiéndose directamente hacia sus posiciones. A la vez que recibían fuego de artillería.
Los defensores ataron antorchas a toda cabeza de ganado que encontraron en la isla y les prendieron fuego, provocando la locura y desesperación de los animales, que fueron empujados contra las filas inglesas.
La estampida se contagió a los soldados ingleses que, desconcertados y temerosos, dieron media vuelta e intentaron huir del lugar, echándose sobre sus hermanos de armas, lo que provocó numerosos aplastamientos que se cobraron la vida de media centena de soldados británicos.
La fuerza inglesa desistió de la conquista y volvió a embarcar.
Fuentes: Fidescu y ABC

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