Ilustración: Luis Dávila.
No siempre se tiene la ocasión de hacer un viaje en el tiempo y, además de gratis, sin necesidad de moverse del sofá de casa, oiga. Por si no lo sabe, yo se lo cuento; y es que ese artilugio que casi todos tenemos en la sala de nuestra casa, que se llama televisión, es una autentica máquina del tiempo. Está usted tan cómodo en casa, rascándose cualquier punto de su anatomía que le pique, y ¡zas!, vuelve usted a la Edad Media sin despeinarse. Y no solo por tantas y tantas cosas de cuestiones internacionales; nos vamos a concentrar solo en un par de detalles patrios.Uno, y es que no sabía yo que en tres cuartos del territorio patrio dedicaban estos meses de vacaciones veraniegas a soltar toros por las calles; de verdad que no lo sabía, y me estoy enterando porque se han muerto varios ciudadanos por embestida de toro en medio de la calle.
Es de vergüenza, señoras y señores, de pura vergüenza. Y no solo lo de los toros, que también tenemos lo de tirar cabras desde un campanario, lo de tirar patos (que son animales de agua dulce) al mar (que es agua salada) y entender que pillarlos por el cuello es una "fiesta", y todo tipo de salvajadas que con la ruin y mentirosa excusa de ser "tradición" se cometen en nuestra patria. Una se siente orgullosa de ser española, porque la propia nacionalidad trasciende a los momentos que vives y a las políticas, pero esto de ser un país de salvajes generalizados me hace reconsiderar que cambiar de nacionalidad es una opción razonable.
No quiero vivir en un país donde la tortura animal se celebra y se jalea como fiesta. Pero no le podemos echar la culpa de ese sentimiento arraigado de tortura a los políticos: les podemos echar la culpa de no hacer nada para evitarlo, pero resulta que es la ciudadanía de esos pueblos y ciudades la que defiende con ferocidad esas salvajadas convertidas en fiesta.
Y ya el colmo de la estupidez humana, el veto a un cantante de rap americano, absolutamente desconocido para mí, vetado por no contestar sobre su posición respecto al estado palestino. Oh, bien, como le vayamos a preguntar a todas las estrellas de rock mundiales sobre el sentido de sus letras, machistas casi todas, como por ejemplo "las chicas blancas son graciosas, las chicas negras solo quieren follar toda la noche" (letra de los Rolling Stone), o "Brown Sugar": ¿qué es eso? ¡Si parece un himno a la esclavitud y a la violación de las esclavas negras!
Pues Mike Jagger y amigos han dado recientemente un concierto en la Casa Blanca para Obama y sus invitados y no me consta que nadie del gobierno le haya preguntado a Mike por qué escribe o canta esas canciones tan machistas y racistas. Y desde hace más de 30 años. El detalle del rapero americano es que es judío. Mike es nacido anglicano y desde hace mucho tiempo, su religión es el dinero; eso parece que molesta menos, pues Keith Richards mandó una carta de felicitación a Tony Blair por la invasión de Irak y no he visto que nadie interrogara a los Rolling Stone sobre su ideario político vital para contratar alguno de sus bolos.
Es decir, ¿qué me estás contando?
Si nos ponemos nos ponemos, y hacemos censura y limpieza de todo lo que sea "políticamente incorrecto" a todos los músicos... Y nos quedamos solo con Kenny G, que no canta, toca el clarinete, porque el resto, incluidos los más famosos y adorados del mundo, es que no hay por dónde cogerlos en cuanto a machismo, racismo y todos los ismos más incorrectos. Si lo del veto a ese rapero americano es por ser judío y apoyar a Israel, Gene Simmons, el líder, vocalista y bajista de la banda Kiss, nacido en Israel en 1949, ha declarado ser un ferviente "apoyador" de su país de nacimiento. ¿Alguien ha vetado algún concierto de Kiss? Ben Stiller es judío y ello no le ha impedido contratar a Penélope Cruz para sus dos próximas películas, a pesar del comunicado que la española firmó en contra del estado de Israel.
Si de verdad ese rapero americano debe ser vetado y retirado de cartel porque sus letras son las que sean, que no lo sé, ¿por qué ahora se le pide disculpas y, como el turrón, que vuelva? Si se le veta, se le veta, pero no se le puede exigir a nadie que para actuar en un concierto pase un test de política del gobierno local de turno; eso es pura Inquisición. El exigir que alguien no detenido ni involucrado ni imputado en nada ilegal tenga que manifestar a petición de una autoridad de gobierno qué y cuáles son sus ideas políticas para poder trabajar, eso se llama totalitarismo. Y por decirlo suavecito.
Si yo soy un médico y, por lo que sea, escribo un artículo en una revista o periódico a favor o en contra del estado de Israel o Palestina, a mi propio y personal albedrío, eso ¿me hace mejor o peor médico en cuanto coincida con la opinión de mis contratantes laborales? Si los organizadores no están de acuerdo con la línea creativa o personal del cantante americano, pues primero, eso se mira antes y se evita la contratación, porque los cantantes no actúan gratis; eso va por contrato, y ¿para qué contratas a alguien que no te gusta? Si se ha pasado el dato y no gusta o es ofensivo lo que dice, se le veta sin más contemplaciones, pero porelamordedior, no se puede ir exigiendo a la gente que conteste a preguntas sobre política para trabajar, eso es una mera excusa de quien no se atreve a actuar como censor y busca echarle la culpa al censurado.
No era yo consciente de que éramos un país antisemita. No, no lo sabía, hay muchas cosas de mi propio país que estoy descubriendo. Ya había judíos en la Península Ibérica antes de la llegada de los romanos y muchas de nuestras costumbres, que creemos propias y singulares, son de inequívoca tradición judía. Y al que no le guste, que estudie y verá que es así: tenemos mucha más influencia de las costumbres judías que las tan alabadas (cuando conviene) musulmanas.
Volviendo al tema de los vetos, tampoco nos vamos a asustar, que la ONU funciona con vetos desde su creación. En muchas ocasiones, tal o cual artista ha sido retirado del cartel de fiestas veraniegas porque su espectáculo era considerado ofensivo o inconveniente o lo que sea. Eso no está reñido con la libertad de expresión, solo es una cuestión mercantil: fulano o mengana puede cantar o hacer lo que quiera donde le dé la gana pero sin remuneración económica, porque a tal o cual ayuntamiento no le interesa su actuación y no le contrata o rescinde su contrato. No hay más película.
Está siendo un verano muy caluroso, yo comprendo que con el calor uno no razona bien, pero peor que cualquier letra de cualquier canción es ver en las noticias sobre nuestro país cómo se sueltan toros, cabras y patos por calles, campanarios y mares para torturarlos y matarlos. Si hubiese un veto para países políticamente incorrectos y salvajes, el nuestro estaría a la cabeza. Después nos molesta y nos extraña que seamos destino preferido de turismo de borrachos: si damos la imagen de ser un país de salvajes, es normal que esas cosas, que no se permiten en otros países y aquí sí, sean atractivas para ese tipo de turismo salvaje. Donde fueres haz lo que vieres: en Viena te ven en bolas y de botellón por la calle y a comisaría que vas, y la gente aplaude a la policía; aquí vemos a tíos en bolas y borrachos y, menos a quien le mean y vomitan en el portal, le reímos la gracia y abucheamos a la policía cuando los detienen.
A ver si primero arreglamos y nos quitamos de las salvajadas propias y luego les arreglamos la vida a los demás, que no estamos en posición, en cuanto a mentalidad salvaje, de darle lecciones a nadie.