Nos cuentan los expertos que suelen participar en actividades docentes financiadas, sobre todo, por los dos grandes fabricantes de vacunas, GlaxoSmithKline y Sanofi Pasteur MSD que “en los últimos años se está observando una reemergencia de la tos ferina en los países con amplias coberturas vacunales, con la aparición de brotes importantes”. El problema se refiere a la vacuna (y proponen más vacunación).
La frase entrecomillada está sacada del documento titulado Tos ferina en España. Situación epidemiológica y estrategias de prevención y control. Recomendaciones del Grupo de Trabajo de Tos ferina. El texto está lleno de conflictos de intereses, basta consultar tras el mismo la declaración de los propios autores. Y es que si hay que impulsar comercialmente un tratamiento médico este ha de tener su grupo de trabajo formado por expertos “de la industria” ad hoc.
El documento fija su diana especialmente en los lactantes menores de ses meses, que considera el principal grupo de riesgo. El texto, a ver, está plagado de recomendaciones de vacunar.
Quizá en este documento se base el Gobierno catalán para iniciar la vacunación sistemática de las embarazadas contra la tos ferina.
Lo cierto es que la tosferina vuelve no por efecto de los “antivacunas” (como suele indicarse) sino por defectos y debilidades de la vacuna y por no considerar los cambios necesarios para adaptarla a la dinámica de la infección-vacunación-infección (los gérmenes evolucionan para superar el impacto de la vacuna y el sistema inmunitario humano también cambia).
Desde luego las recomendaciones de grupos de trabajo como el citado nos llevan a ser cada vez más dependientes de las industrias de vacunas. Pero de manera paradójica la “epidemia” de tos ferina es un problema provocado por la ineficacia de su vacuna.
Además, Triaxis y Boostrix, vacunas de la tosferina, no reúnen suficiente evidencia para embarazadas. Existen pocos datos concretos e importantes advertencias sobre estos medicamentos como para que el Gobierno catalán ofrezca estas vacunas de manera sistemática a las mujeres.
Eso por no citar otra de las vacunas que se usa para prevenir la tos ferina, Infanrix. Leed Medias verdades del Gobierno en el caso de la vacuna Infanrix y las muertes de bebés.
No voy a dudar sobre los datos que explican ese aumento de casos de tos ferina en Europa pero sí que parece que el problema es por la baja eficacia de las vacunas. Hay una frase significativa en el ensayo del grupo de trabajo de tos ferina:
la vacuna de la tos ferina sea quizás la de efectividad más baja de las vacunas pediátricas“.
Otro párrafo poco tranquilante:
Aunque la evidencia científica sobre la seguridad y la inmunogenicidad de la vacuna dTpa en la embarazada es escasa, se dispone de datos suficientes sobre el uso de la vacuna dT en gestantes que indican una buena tolerabilidad. La incorporación del componente pertúsico probablemente no incrementa el riesgo de efectos adversos para la madre y el feto”.
Pese a ello estos expertos recomiendan vacunar a las mujeres embarazadas.