El director general de la filial española de
Toshiba, Alberto Ruano, está contento. A pesar de iniciar su exposición con un “vaya
añito, voló muy rápido”, cerrará este ejercicio con unas cifras de ventas muy
similares a las de 2010, basadas sobre
todo en el mantenimiento de su división de informática que supone el 80% de su
facturación (el 15% corresponde al área de televisores) la cual ha crecido un
2% frente a una caída media del sector del 23% lo cual ha llevado a la filial
de la multinacional japonesa a posicionarse por primera vez como líder del
mercado español en el último semestre (51% de cuota) después de diez años.
El foco del mantenimiento del negocio ha
estado centrado en la educación y las grandes cuentas, segmentos que sufren en
menor medida la situación de crisis que el gran consumo, y al hecho que ha
mantenido precios, en contra de la tendencia del mercado, gracias a la
aportación de nueva tecnología en sus aparatos como el 'ultrabook' Portégé Z830,
el portátil más ligero del mercado español.
Por su parte, en Televisores, un mercado que
ha sufrido un descenso del 25% este año, Toshiba ha logrado crecer un 30%
gracias a potenciar la presencia en el canal de distribución.
Para el próximo ejercicio Ruano tiene puestas
muchas esperanzas en la nueva división de iluminación LED y la oferta a las
administraciones públicas de reducción de costes vía recambio de sistemas de
iluminación en sus territorios.
Cataluña supone el 30% de las ventas de la
filial nipona en España. Pau Ortiz, su responsable, ha asumido la responsabilidad
sobre otros mercados como el vasco, el valenciano, el castellanoleonés, o el
cántabro, entre otros.
Revista Economía
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