Revista Cultura y Ocio

Tossa del Mar y una ficción

Publicado el 31 marzo 2012 por Poli @FIPoli27
Juan es un escritor argentino, un tipo al que tuve la suerte de conocer en este extraño oficio que es el de la búsqueda de la palabra precisa, y eso nos llevó, con el tiempo y de a poco, a cultivar una amistad.
.Tossa del Mar y una ficción
Tossa del Mar y una ficciónEstuvo de paso por Madrid, hace unos días, parando en casa. Yo estaba solo, tiempos que mi mujer deja a mi suerte.
Tossa del Mar y una ficciónAprovechando un evento que tenía en Barcelona, Juan me propuso acompañarme para, luego, pasar unos días en Tossa de Mar. Y me contó que, a principios de los ´80, exiliado en Barcelona, alquilaba una casita de modo permanente en ese pueblito que abajo es de pescadores y arriba tiene un casco medieval. 
Tossa del Mar y una ficción
Tossa del Mar y una ficciónDesde Barcelona, un bus nos dejó en menos de dos horas en Tossa de Mar. No es temporada alta por lo que había poca gente y pocos lugares abiertos. Encontramos en un hotel, de primera línea de playa, una habitación con dos camas y un balcón con vista al mar.  La tomamos por una noche.
Tossa del Mar y una ficción
Tossa del Mar y una ficciónNos sentamos a almorzar algo en la terraza del mismo hotel. Nos daba un sol que nos mantenía templados. Pedimos un vino blanco y compartimos unos pescados y mariscos.
Tossa del Mar y una ficción
Tossa del Mar y una ficciónAl terminar, cruzamos la bahía. Nos tiramos en la playa y nos dormimos un rato. También leímos: Juan, "La trilogía de la ocupación" de Modiano y yo, "Primavera negra" de Henry Miller.
Tossa del Mar y una ficción
Tossa del Mar y una ficciónPor la tarde subimos al casco medieval, a través de las callecitas que llevan hacia arriba. Había viento. Desde ahí se contemplan los acantilados. Hay una placa que recuerda a un adolescente inglés que se quitó la vida por lo visto despeñándose desde ahí.
Tossa del Mar y una ficciónNos tomamos unos whiskys en la confitería del faro. Extrañamente ahí no corría viento. Había solo dos mesas ocupadas: una por una pareja de españoles y otra por dos minas alemanas. Ahí Juan me confesó que la visita le traía saudade de aquellos años. "Poli, imaginate, todavía era un pendejo, recién me había separado de mi segunda mujer y me venía todos los fines de semana a esta ciudad. Muchas veces acompañado", me dijo, mirando el mar.
Tossa del Mar y una ficciónPor la mañana nos despertamos, desayunamos de cara a la bahía con un cielo sin una nube, tomamos el bus a Barcelona y de ahí el AVE a Madrid.Blog del autor del libro de cuentos "Historias fugaces de hombres y mujeres".

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