Revista Educación

Total, por un día… y otras frasecitas por el estilo

Por Siempreenmedio @Siempreblog
Total, por un día… y otras frasecitas por el estilo

Total, por un día… y otras frasecitas por el estiloA pesar de que cada vez me importan menos las opiniones y recomendaciones de la mayoría de la gente hay un ejemplar de sujeto que no consigo que deje de tocarme las narices. Es ese que pretende que te guíes por su ejemplo y te incita a comer, y especialmente a beber, lo mismo que él está comiendo o bebiendo. Es ese que usa frases tales como 'total, por un día', 'mujer, ¿no vas a probarlo con lo rico que está?', 'pero ¿vas a hacer dieta hoy que salimos fuera a comer?', 'qué amargura no tomarte un vasito de vino (o un trozo de tarta)', 'ya está aquí la extremista que no es capaz de hacer excepciones', '¿me vas a despreciar el bizcocho que he hecho con huevos camperos, harina integral de espelta y panella?' y un sinfín de sentencias más.

Tratar de comer bien y tener vida social es ya lo suficientemente complicado como para que encima haya que aguantar a quienes se ocupan más de lo que comen o beben los demás que de lo que escogen ellos mismos. Créanme cuando les digo que este tipo de ejemplares abunda y se lo pone especialmente difícil a quienes están tratando de cuidar su salud, hasta el punto de que es la mayor dificultad que suelen encontrarse quienes han decidido empezar a mejorar sus hábitos.

El pesado de turno llega hasta tal punto que me he encontrado con personas que se ven obligadas a mentir para no tener que ceder a sus presiones o, incluso, a quienes han renunciado a salir o tener más vida social por no pasar el mal trago de aguantar el coñazo cuando lo que están tratando es de pasar un buen rato. Porque estas personas no aceptan un no por respuesta, insisten e insisten hasta que quienes se ven acosados ceden por no crear mal ambiente o, sencillamente, porque a veces hay que hacer un verdadero ejercicio de fuerza de voluntad para no comer o beber mierda.

Lo lamentable del tema es que yo, y me consta que también esas personas que tratan de cuidarse, no suelo recomendar a los insistentes que escojan comer o beber alternativas más saludables. En mi caso elijo mi menú sin mirar alrededor ni decirle a los demás lo que deben pedir. Y entonces me encuentro con comentarios del tipo: ¿vas a pedir una ensalada en una pizzería? (con cara de asco) o ¿agua con la carne? (con cara de no dar crédito). ¿No contemplan la posibilidad de que uno disfrute con su ensalada y su agua? Y acabo preguntándome si no será que lo que les gustaría es verse acompañados comiendo y bebiendo porquerías porque camuflados en el grupo se sienten menos culpables.

Dejen en paz a la gente, ¡hombre ya!


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