Revista Cine
Director: Gregg Araki
Hoy será el día apocalíptico adolescente, no digan que no les avisé. La verdad es que quería esperar a ver un par de cosas antes de volver a ver y luego comentar la Trilogía Apocalíptica Adolescente del genio Gregg Araki, pero no me he podido resistir a la tentación y he caído, y me alegro por ello. De hecho, considero saludable, y aquí mismo prometo, ver al menos una vez al año esta trilogía, sólo para desacomodarnos un poco y evitar dormirnos en los laureles; por lo demás, qué demonios, las tres son unas putas genialidades y yo ya me preguntaba por qué realmente (entendiendo que la razón dada al inicio de este párrafo no era más que un engaño que me autoinducía) tardaba tanto en comentarlas.
Recuerdo que la primera vez que vi "Totally Fucked Up" no me terminó de gustar ni convencer del todo, y la razón es más que clara: en ese entonces no era más que un bastardo morboso que quería ver toda clase de sangrientas y desquiciantes locuras al más puro estilo "The Doom Generation" y "Nowhere", que son las otras dos partes de la trilogía, las cuales vi antes que ésta; en otras palabras, no estaba preparado para la tremebunda y arriesgada apuesta que es "Totally Fucked Up", una cruda y descarnada crónica de seis amigos, homosexuales todos ellos (y ellas), perdidos en esa gran ciudad llamada Los Angeles, al borde del abismo y sumidos en la clase de crisis existencial que sólo los adolescentes pueden vivir, que en el presente caso no es poco considerando el cariz apocalíptico de la crisis del sida (como una amenaza inevitable, una condena a muerte) y el odio que les caía encima destemplada y violentamente. Uno de los personajes, probablemente estudiante de cine, coge su cámara y decide registrar las salidas, las conversaciones y, en privado, los pensamientos, las inseguridades y los miedos de cada uno de ellos, de los temas que les tocan en primera persona, a flor de piel. Gregg Araki lo que hace es darle voz y dignidad a los rechazados, marginados, desterrados, odiados, a los sin voz ni voto. Gregg Araki lo que hace es dar un furioso y ahogado grito de... ¿de ayuda?, ¿de poner las cosas en su lugar?, ¿de decir una cuantas verdades? Lo cierto es que no dejará a nadie indiferente; imposible ante tamaña muestra de autenticidad discursiva y cinematográfica. A propósito, no se confundan: "Totally Fucked Up" no sigue una progresión dramática convencional de inicio-desarrollo-final; claro, los personajes cambian, sufren, se ilusionan, se decepcionan, hacen y dejan de hacer cosas, pero el verdadero conflicto es la vida misma, no alguna acción que A debe hacer por B antes de X tiempo. Narrativamente hablando, y tal como la vida de sus personajes, "Totally Fucked Up" es despojo: al demonio con los puntos de giro, los clímax, etc.: nada de eso es fiel reflejo de las sensaciones de Araki y tantos otros. Así, aparte de la alienación y el teenage angst y la injusticia y todo eso, Gregg Araki nos muestra, de primera mano y de forma desnuda, ni idealizada ni victimizada, este retrato tierna y brutalmente genuino sobre jóvenes desheredados por sus padres, golpeados por odiosos transeúntes, olvidados por la sociedad, que viven toda clase de tribulaciones, desde las más "banales", como líos de novios, hasta el sobrecogedor miedo que un simple resfriado puede causar. ¿Seré yo el próximo? ¿Es una cuestión de quién o de cuándo o de ambos?
Si un año antes se estrenaba la repugnantemente conservadora, moralista y engañosa "Where the day takes you", sobre un grupo de jóvenes sin hogar que iban tirando de trucos para sobrevivir, Gregg Araki nos abofetea con el otro lado de la moneda: el lado sucio y real en el cual los personajes ni se salvan ni se "curan", sino que o caen o extienden por un tiempo más su agonía.
"Totally Fucked Up", imprescindible y subvalorada joya del cine.