Y si, por un momento me sentí Aladino. Esta fantasía infantil se la debo a la gente de Toyota, que me invitaron a ir Madrid a la presentación del lanzamiento del nuevo Toyota Auris Híbrido HSD (Hybrid Synergy Drive). Nunca había manejado un coche híbrido y fue algo sorprendente.
Al subirme al Auris estuvimos alrededor de unos 10 minutos completando un formulario con diferentes datos. Al terminar, le dije a mi acompañante como se arranca el coche, a lo que me contestó, “ya está en marcha, siempre lo estuvo”. Increíble, no se escuchaba nada, solo el ruido de mi excitación.
No soy un especialista en coches, pero les contaré algunos detalles que como defensor, en la medida de lo posible, de todo lo referente a la ecología, el cambio climático y las energía alternativas, les va a interesar tanto como a mí.
Los vehículos híbridos de Toyota, tanto el Prius como el Auris, poseen dos motores, uno a gasolina (diesel) y otro eléctrico. El de gasolina de 1.8 litros de cilindrada y 100 CV (caballos) de potencia, se complementa al motor eléctrico que añade unos 36 CV más. Este motor eléctrico no es necesario que se enchufe a una red eléctrica, se va cargando a medida que el coche rueda.
Consume unos 3,8 litros por cada 100 km., la emisiones de CO2 son las más bajas de su segmento, es increíblemente suave y silencioso, caja automática y una palanca de cambios que es lo más parecido a un joystick.
Además; radio CD MP3 con conexión auxiliar Aux-In y USB, Bluetooth, climatizador automático, control de crucero, equipo de sonido Full Connect y una minicamara en la parte trasera que se activa cuando ponemos marcha atrás y vemos la imagen en el espejo retrovisor (esto en la versión Advance).
De vuelta en Barcelona y haciendo la cola para tomar un taxi, pensaba, mientras me aburría haciendo una cola absurda, que estaría bien que me tocara un Prius. Los planetas se alinearon, esta vez a mi favor, y zas! Un Prius. Asombrado ante un golpe de suerte que no espera, empecé a interrogar al taxista, ex-camionero, sobre el híbrido de Toyota. Al principio me miró un poco raro, le expliqué de donde venía y se soltó. Me confirmó todo lo que me habían dicho en Toyota y me dio un sinfín de datos que desconocía. En síntesis, Roberto (el taxista) está encantado con el Prius y que, hoy por hoy, no lo cambia por nada. Ok, me convencieron.